Promover el cultivo de productos orgánicos, que además de calidad garanticen la salud de sus consumidores es uno de los propósitos de la Asociación Regional de Productores Ecológicos de Lambayeque – ARPEL, gremio que agrupa a pequeños agricultores del departamento, quienes han iniciado una cerrada defensa de la vida evitando la proliferación de transgénicos en el mercado interno. Sí, alimentos transgénicos como el maíz y la soya que ya se expende para el consumo local.
El ingeniero Segundo Yafac Campodónico, presidente de ARPEL, refiere que el gremio que representa realizó un análisis para determinar la intromisión de transgénicos en el mercado lambayecano descubriendo que además del maíz, la soya y el trigo, otros productos logrados a través de la alteración genética ya se ofertan a los consumidores aun cuando estos no saben qué es lo que compran ni cuál es la calidad de lo elegido.
Esto pese a que el gobierno promulgó, en diciembre del 2011, la Ley Nº 29811 que establece la moratoria al ingreso y producción de Organismos Vivos Modificados - OVM, conocidos como transgénicos, al territorio nacional por un período de 10 años.
COMIENDO A CIEGAS
“La gente los consume porque no los conoce, porque estos no tienen rotulado en los que se especifique su naturaleza, aun cuando la Ley de la Inocuidad establece que debe fijarse en el producto una reseña de cómo ha sido trabajado e incluso qué insumos intervienen dentro del proceso de transformación”, indica.
Yafac Camponónico añade que lo que está pasando es que se le está sacando la vuelta a la ley, porque los transgénicos ingresan al mercado nacional a vista y paciencia de los órganos competentes para su regulación como la Dirección General de Salud, el Servicio Nacional de Seguridad Agraria – SENASA y el Ministerio de Agricultura.
EXIGENCIAS PARA LOS ECOLÓGICOS
“A nosotros, por ejemplo, que nos dedicamos a la producción de cultivos orgánicos con tecnologías limpias, nos exigen una serie de parámetros a cumplir al mandato de la Ley 29196 (Ley de Promoción de la Producción Orgánica o Ecológica), que fija un reglamento, por el cual debemos garantizar buenas prácticas y la certificación, no solo para el rubro exportador, también para el mercado interno”, explica.
En ARPEL, los productores reservan el 25% de sus cosechas para el consumo particular, seguros que lo obtenido fue a través de tecnologías limpias que salvaguardan la seguridad alimentaria y familiar. “Este proceso permite una asociatividad familiar, integra cadenas productivas y generar positivos resultados económicos y sociales a los agricultores”, refiere.
CLARAS DIFERENCIAS
Los transgénicos son aquellos productos sometidos a la alteración genética que produce su transformación, a los que debe proveerse de insumos químicos y abonos artificiales, como pesticidas e insecticidas para asegurar la buena cosecha. El presidente del APREL indica que ese es el caso del tomate, cuyos cultivos se someten a elevados índices de fumigación y tratamiento químico para acelerar su estadío de comercialización.
“Todo eso pasa por desapercibido, cuando en realidad, como consumidores, debemos saber de dónde provienen nuestros alimentos. No se trata de comer por comer, sino de avocarnos a averiguar las condiciones en las que se logra y cuáles son sus efectos post consumo”, señala. En relación a la siembra de productos orgánicos, Yafac Campodónico refiere que muchos agricultores cayeron en el desafease al optar por el monocultivo y no considerar el uso de ciertos insumos que sí son permitidos y no alteran la inocuidad del sembrío.
“Se trata de producción ecológica cuando se tiene pluralidad de cultivos en una parcela, es decir ubicar en el mismo espacio plantas aromáticas, frutales, hortalizas, leguminosas e incluso se desarrolla, en ese mismo espacio, investigación, tarea que con los técnicos de ARPEL estamos realizando en diferentes lugares del departamento. Lo que se quiere es que con capacitación el productor pueda preparar los insumos que ayudarán a mejorar el cultivo, como el humus y el compost orgánico, ayudando así a la preservación del medio ambiente”, detalla.
ORIUNDOS DE LAMBAYEQUE
Añade que a través de la asociación también se está realizando un trabajo importante de rescate de los genes de especies nativas, que en el caso de Lambayeque abundan y tienen ingentes bondades para el desarrollo del sector agrícola.
“En Lambayeque no hemos avanzado en agricultura porque siempre hemos estado dedicados a desaprovechar los productos oriundos de nuestra tierra, como el ají, por ejemplo. Tenemos mil especies de ajíes en el Perú y solo en el caso de Lambayeque se han encontrado, gracias a un trabajo conjunto con el INIA, 38 especies. En Mixtura 2011 presentamos ocho tipos de ajíes nativos de nuestra región y la meta para este año es exponer unos 30”, precisa.
Segundo Yafac comenta que en el distrito de Reque se ha iniciado un proceso de recuperación de los cultivos de palillo, fruto de grandes potencialidades nutritivas y medicinales que antes se sembraba en cantidad en esta parte de la región pero que con el tiempo se dejó de cultivar.
INVESTIGACIONES NECESARIAS
“El Instituto Nacional de Innovación Agraria – INIA tiene un departamento de Agricultura Orgánica pero es necesario que se diseñen políticas de trabajo para involucrar en esta actividad a los pequeños agricultores. No se trata de imponer métodos de producción, como sucedió cuando se quiso implantar la revolución verde, por lo que tampoco puede permitirse que se exija al agricultor el inicio de alimentos transgénicos, porque esto lo condiciona, debido a que no solo debe adquirir la semilla, también los químicos y fertilizantes porque de otra forma no obtendrá rentabilidad en el cultivo. Eso debe evitarse”, precisa.
Según revela el presidente del ARPEL, el INIA ha desarrollado una importante investigación para mejorar los cultivos del maíz blanco con métodos naturales, pero lamentablemente los procedimientos se mantienen en secreto, negando así la posibilidad de que los pequeños agricultores accedan a mejoras en su producción.“Por actitudes mezquinas del mismo Estado tenemos hoy una agricultura insipiente y eso genera pobreza, atraso y postergación de miles de familias en el país”, afirma.
BUEN IMPACTO
Los campos en los que ARPEL ha logrado concitar la participación de los agricultores hoy experimentan cambios positivos como la inclusión de sistemas de riego tecnificado, posibilitando el cuidado del recurso hídrico y evitando la pérdida de hectáreas por salinización. “Para nosotros es muy importante el cuidado de los recursos que tenemos, del agua, del medio ambiente y de la tierra. Accionamos bajo el propósito de integrar a productores y productoras de la región y ayudarlos no solo en el aspecto agrícola, también pecuario, transformación y comercialización, así como la equidad de género”, explica, añadiendo que la mujer se ha convertido en la fuerza motriz de la asociación, siendo la que incluso lidera la venta de productos a los supermercados.
ARPEL tiene hoy un fondo rotario para la adquisición de semillas e insumos a fin de beneficiar directamente a sus asociados, con precios flexibles a diferencia de los que ofrece el mercado. “Desde el año 2006 en ARPEL hemos tenido tesistas, incluso algunos de ellos han regresado para trabajar con nosotros incorporándolos en el equipo técnico. Los nuevos profesionales se están sumando a la corriente que busca cambiar el modo de hacer agricultura y nos sentimos satisfechos por ello”, enfatiza.
Actualmente la Asociación Regional de Productores Ecológicos de Lambayeque busca el reconocimiento del Sistema de Garantía Participativo a fin de certificar productos sanos para el consumo de la población, iniciativa que se está trabajando a nivel del Gobierno Regional, mediante un proyecto de ordenanza que ya fue presentado a la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
“Lambayeque, en el quinto Encuentro Latinoamericanos de Agricultura Ecológica tuvo la ponencia magistral mostrando su experiencia. De aprobarse este sistema por parte del Gobierno Regional se logrará un beneficio para todos, tanto para productores y consumidores”, finaliza.
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En el mercado local existen dos tipos de soya: la que es muy redondita y brillante, y la que es un poco tosca, deforme y opaca. La primera fue sometida a algún tipo de alteración genética, la segunda es orgánica.
Semanario Expresión
15 febrero 2013
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