
Este documental me llevó a pensar –de nuevo- en el terrible impacto que ejerce el ser humano en el planeta. En cómo destruimos, consumimos, arrasamos, contaminamos tanto como ciudadanos como corporaciones y Estados. En lo aliviada que respiraría la Tierra en el remotísimo y apocalíptico caso de que un día desapareciéramos.
Es muy difícil, prácticamente imposible, ser una persona “impacto 0”, eso ya lo sabemos. Todo el tinglado montado a nuestro alrededor nos empuja a consumir energía y recursos. Sin embargo, hay vías –y muchas- para reducir en la medida de nuestras posibilidades nuestro impacto en el planeta Tierra.
■¡Sé activista! Aunque no lo parezca, los principales responsables no son los ciudadanos, sino las empresas y corporaciones que contaminan sin escrúpulos y los Estados que lo permiten o incluso animan a ello. ¡Exígeles que esto cambie!
■Consume menos. ¿Te has planteado lo que contamina comprar en el súper, viajar en avión o encender el aire acondicionado? Hay un montón de cosas que puedes hacer para reducir tu impacto en la Tierra.