01 julio 2016

CHICLAYO SIGUE DESOYENDO MAPAS DE RIESGOS DEL INDECI

La gestión del territorio involucra definir cuáles son los riesgos que este presenta frente a los desastres naturales y conocer los espacios vulnerables a fin de construir ciudades más seguras. En el Perú, pocas son las urbes que han avanzado en esta dirección, algunas de ellas pese a tener importantes herramientas técnicas que hubieran permitido, en la última década, organizar de mejor manera su crecimiento. 

Este es el caso de Chiclayo, que desde el 2004, gracias al trabajo realizado por expertos convocados por el Instituto Nacional de Defensa Civil – INDECI, y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD, tiene guardado en algún escritorio del municipio provincial el completo estudio de Mapas de Peligros, Riesgos y Vulnerabilidades, donde se define con detalle los espacios más inseguros de la ciudad para la construcción, sea ante probabilidades sísmicas, de inundación u otras eventualidades. 
Casi nula es la atención que se ha dado a los resultados y recomendaciones del estudio, que señala, por ejemplo, que la zona más peligrosa por riesgo sísmico es el Parque Principal de Chiclayo y sus alrededores, además de la zona sur con orientación a las urbanizaciones Santa Victoria, San Eduardo y Villarreal, debido al fenómeno de licuación de suelo que se originaría por el elevado nivel de la napa freática (agua del sub suelo). Sin embargo, en la última década se autorizó, muchas veces de manera irregular, la construcción de edificios de más de cinco niveles, yendo incluso contra la especificación técnica del Plan Director de 1992, que aunque desfasado, sigue vigente a falta de un nuevo plan de desarrollo urbano implementado por la municipalidad. 
CRECIMIENTO EXPLOSIVO
¿Es posible aún poner en ejecución dichos estudios? La arquitecta Jenny Parra Small, coordinadora del Programa Nacional de Ciudades Sostenibles del INDECI, explica que aún es posible porque el plazo de vigencia de los estudios así lo permite. Sin embargo, el caso de Chiclayo es particular por el crecimiento demográfico y habitacional de los últimos años, lo que amerita trabajos de actualización de la herramienta. 
“El crecimiento ha sido explosivo lo que tiene que ver mucho con las actividades económicas que aquí se han desarrollado. Normalmente los estudios pueden tener una vigencia de diez años, aquí ya han pasado 12 y vemos que la ciudad ha evolucionado más allá de las expectativas”, explica. 
Parra Small refiere que es competencia municipal el control del crecimiento horizontal de la ciudad, sobre todo el caso de Chiclayo que se ha convertido en una urbe extendida y prolongada hacia determinados corredores: hacia Pimentel, hacia Lambayeque y hacia Reque. 
“Hay suelos que no son los más adecuados para esta densificación u ocupación urbana y ahí hay que evaluar también otro instrumento que es la zonificación, la que define la altura de edificaciones mirando o teniendo el enfoque de la gestión de riesgos de desastres. Actualmente se está trabajando una nueva zonificación de la ciudad y se quiere que tenga ese enfoque y que solo se autorice construcción con alturas concordantes con lo que señala el estudio de gestión de riesgos de desastres”, indica. 
OLVIDADOS
En el 2003 Chiclayo fue incluido al programa de Ciudades Sostenibles del convenio INDECI – PNUD, y esto posibilitó que se elaborara el Plan de Prevención ante Desastres: Usos de Suelos y Medidas de Mitigación, que nació como paliativo inmediato a los efectos del Fenómeno El Niño, cuyas consideraciones tampoco fueron aplicadas en su totalidad en el caso de Chiclayo. 
“En total fueron 14 estudios los que se realizaron para Lambayeque y esto como parte de un proyecto mayor que comprendió a ciudades de Tumbes y Piura por el Fenómeno El Niño. Lo que se encontró en el caso de Chiclayo no solo fue la vulnerabilidad por El Niño, sino también por la calidad del suelo, el nivel de la napa freática, y el silencio sísmico, que es algo de mucha preocupación. Es por estas razones que urge que se actualicen esos documentos y se puedan ejecutar, ojalá este año se pueda hacer”, menciona. 
Los estudios que ahora formula el INDECI con su programa de Ciudades Sostenibles consideran aspectos ambientales y peligros tecnológicos y antrópicos que afectan a las ciudades, como incendios, explosiones, derrames de sustancias químicas o peligrosas, contaminación de suelos, aires y aguas. 
“En la gestión de riesgos también se debe tener una mirada a los ecosistemas y al patrimonio tan rico que tienen ciudades como Chiclayo. Son 18 años que cumplirá en octubre el programa y a la fecha tenemos más de 180 estudios realizados en distintas partes del país, como también de manera binacional, en ciudades fronterizas con Ecuador. Esta experiencia queremos replicar en el sur, con Chile, justamente por el silencio sísmico”, explica Parra Small. 
GESTIÓN
El Instituto Nacional de Defensa Civil – INDECI, brinda asistencia técnica a los municipios para que estos puedan poner en marcha sus planes de riesgo, los mismos que deben ser aprobados por el concejo local y por ordenanza, que tiene carácter de ley en el Perú, lo que enmarca su cumplimiento. 
“Otro paso importante es el de la gestión de los proyectos, porque si no se ejecutan los proyectos de nada valen los estudios y, además, estos tienen que incorporarse en los planes de desarrollo urbano, definiendo las mejores zonas para el crecimiento de la ciudad en extensión y en altura”, señala Parra Small. 
En el caso de Chiclayo, entre el 2008 y el 2010 se elaboró un Plan de Desarrollo Urbano – PDU, con el concurso de los colegios profesionales, las universidades y el municipio provincial, el mismo que fue validado por la sociedad civil. Sin embargo, pese a que fue aprobado a fines del 2014 por el concejo municipal fue rechazado por la actual administración, la que anunció el año pasado la formulación de un nuevo plan, definido como de visión metropolitana, aspecto que ya consideraba el estudio previo. 
La experta del INDECI comenta que si bien aún existen organismos cooperantes para la realización de estudios de planificación, ordenamiento y control de riesgos, el apoyo con recursos hacia el Perú se ha reducido debido al crecimiento económico logrado por el país en los últimos años, lo que ha permitido que este salga del grupo de países pobres. Hoy la asistencia se enfoca a naciones con condiciones mucho más limitadas que la peruana.
“El Perú ya es considerado un país de ingresos medios y, por tanto, la cooperación a restringido un poco sus aportes, llevándolos hacia otros países que tienen menos recursos. En consecuencia, el Estado, en sus tres niveles de gobierno, debe asumir los costos de estudios de este tipo, porque estamos en condiciones de financiarlos. No son caros”, señala. 
Añade que por esta razón es importante la unión de esfuerzos entre las instituciones gubernamentales, más aún porque se requiere de decisión política para concretar proyectos de planificación. 
“Tenemos muy buenas experiencias de apoyo de gobiernos regionales a municipalidades. Por ejemplo, el estudio de la ciudad de Iquitos, que es muy grande y muy compleja, fue financiado íntegramente por el Gobierno Regional de Loreto. Hubo entonces una articulación muy importante”, manifiesta la especialista. 
Destaca los avances realizados en Sullana con la ejecución de varios de los estudios formulados por el INDECI, así como los de la municipalidad de Aguas Verdes, en Tumbes, que pese a ser una comuna pequeña ha tenido la capacidad de emprender proyectos binacionales con el Ecuador. 
“En Aguas Verdes se avanzó articulando con diversas instituciones peruanas y ecuatorianas, prácticamente sin contar con recursos. En estos aspectos tiene que ver mucho la gestión municipal”, indica. 
Jenny Parra sostiene que con la aplicación de los planes y estudios que se formulan desde el INDECI es posible no solo prevenir errores futuros, sino también corregir los errores existentes en cuanto al desarrollo de las ciudades y el manejo demográfico. “Los estudios de riesgo son base de los instrumentos de desarrollo y zonificación, por lo que es posible con ellos implementar medidas que mitiguen los riesgos y hagan más seguras a las ciudades”, explica.

29 junio 2016

PETROPERÚ Y OTRO DESASTRE AMBIENTAL

Tercer derrame de crudo en la Amazonía en lo que va del año
El nuevo derrame de petróleo registrado en Loreto constituye otro desastre ambiental más en la AmazonÍa peruana. Lo increíble es que no es la primera vez —ni será la última— que algo así sucede. Ya son, según el Organismo Supervisor de Energía y Minas (Osinergmin), ¡37 veces! que ocurre semejante tragedia ambiental en los últimos 25 años; y solo entre 2011 y el 2016 ya suman más de 20. No obstante, la izquierda y los ecologistas radicales que han paralizado varias inversiones mineras (entre ellas Conga y Tía María) guardan un silencio indolente. La tolerancia del ecologismo radical con la catástrofe de Petroperú nos demuestra que en realidad estos grupos no buscan proteger el medio ambiente, sino cambiar el modelo económico.

Pero resulta que Petroperú, por aprobación de una mayoría en el Congreso, también gestionará el Lote 192 y llevará adelante el Proyecto de Modernización de la Refinería de Talara, cuyo costo representa la friolera de 3,500 millones de dólares. Nos preguntamos entonces, ¿cómo esta empresa estatal, con incapacidad comprobada, sacará adelante tan importantes proyectos si no puede asumir siquiera el mantenimiento de sus oleoductos? ¿Qué dice el ecologismo radical ante todo esto?
El derrame de crudo, como lo ha confirmado la compañía petrolera estatal, ocurrió en el kilómetro 213 del primer tramo del Oleoducto Nor Peruano, en el distrito de Barranca, en la provincia loretana de Datem del Marañón. Hasta el momento los funcionarios de Petroperú, a través de un comunicado, han señalado que ya se inició el plan de contingencia; sin embargo aún no han determinado el alcance ni mucho menos el impacto de esta nueva tragedia en la flora y fauna, así como en las comunidades nativas aledañas. Vale resaltar que ya son tres veces en lo que va del año que sucede tamaña desgracia.
¿Cuál podría ser la razón de esta nueva tragedia ambiental y social? Quizá la respuesta sea la misma que dio el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental cuando ocurrió el derrame de crudo en febrero de este año, que perjudicó a 16 comunidades campesinas en el distrito de Morona (Loreto), en el tramo dos del Oleoducto. Según la OEFA, las tuberías del tramo dos que transportaban el crudo estaban corroídas y sin el mantenimiento adecuado. En aquel entonces, de forma sorprendente, las autoridades de Petroperú trataron de negar lo evidente y sostuvieron que el derrame de 2,000 barriles de petróleo se dio por “causas naturales”. Un reciente informe periodístico señala que en esta tragedia Petroperú habría “bombeado” crudo sin la aprobación de la OEFA. Si la información es válida, entonces Petroperú se ha zurrado a las leyes del propio Estado.
La aventura de la petrolera estatal no solo ha sido un fiasco medioambiental, sino también social. Por ejemplo, el Ministerio de Salud ha encontrado alta concentración de cadmio y mercurio (por encima del límite máximo permitido por la Organización Mundial de la Salud) en la sangre de niños pertenecientes a las comunidades Awajum, Candoshi, y Kukama Camaria, aledañas a las tuberías del oleoducto en manos de Petroperú. A la terrible realidad social y ambiental que viven las comunidades nativas, se suman el drama económico. Los planes de mitigación contra el derrame de crudo apenas han funcionado, y hoy en aquellos ríos —otrora llenos de peces— solo hay residuos de petróleo.

Este nuevo crimen contra la Amazonía y las comunidades nativas debe servir para que el próximo gobierno no se embarque en aventuras estatistas. Y de paso para conocer muy bien la catadura moral de los ambientalistas radicales.

27 junio 2016

RECOGEN TRES MIL TONELADAS DE BASURA EN ALREDEDORES DEL AEROPUERTO DE CHICLAYO

Un total de 3 mil toneladas de basura se han recogido en estos últimos meses de los alrededores del Aeropuerto de Chiclayo en Lambayeque, para reducir el riesgo aviario ante el inicio de los vuelos internacionales al país de Panamá.
                                 
El Jefe del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER), Carlos Balarezo Mesones, sostuvo que las autoridades de la Dirección Aeronáutica verificaron los alrededores del aeropuerto de Chiclayo y comprobaron, que sobre todo en la zona de aproximación, se ha recogido toda la basura y se ha reducido enormemente la presencia de gallinazos.
“Se ha recogido más de 3 mil toneladas de basura de los alrededores del aeropuerto, con apoyo del Ministerio de Vivienda, Municipio, Gerencia de Recursos Naturales, Ejército, entre otros. Lo que queda ahora es darle continuación a esta limpieza y garantizar la seguridad de todos los vuelos internacionales”, indicó.
Balarezo Mesones, dijo que una de las buenas iniciativas de la Gerencia Regional de Recursos Naturales es sembrar plantas ornamentales en estos lugares, que antes eran focos de basura, como por ejemplo en el dren 4 mil, donde se recogió 60 toneladas de basura.
Recomendó a los municipios además reforzar la limpieza de los accesos y salidas de la ciudad, para no generar una mala imagen a los visitantes que empiecen a llegar desde este 28 de junio.
RPP