11 octubre 2013

ESCASEZ DE AGUA...SEGÚN LA ONU

El agua, lo que tanto necesitamos para vivir, empezaría a faltarnos en 17 años, según jefe de la Organización de Naciones Unidas (ONU). ¿Se pondrán las pilas los gobiernos mundiales para frenar esta escasez anunciada?
¿Qué haríamos sin agua? / Foto: RPP
La falta de cuidado y la dejadez con el medio ambiente empiezan a pasarnos factura en un futuro más cercano que nunca. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, advirtió que en el 2030 por lo menos la mitad de la población mundial se verá afectada por la escasez del agua, esto por la sobrepoblación mundial que habría para entonces lo que hará que la necesidad de agua supere la oferta. En otras palabras, más gente necesitará agua y no habrá para satisfacer a todos.

Este anuncio lo hizo en la inauguración de la Cumbre Mundial por el Agua, que se realiza en Budapest, Hungría.

En tal sentido y para empezar a tomar medidas para prevenir este fenómeno, el jefe de la ONU invocó a los países para unirse y combatir el uso insostenible del líquido vital, con la finalidad de conseguir distribuciones más justas y su uso racional.

Ban Ki Moon sabe que es una tarea que involucra a todos, no solo a los gobiernos, por lo tanto convocó a las empresas para que también apoyen la causa. Así que ya lo sabes, tú puedes contribuir no abusando en el uso del agua o tratando de ahorrar. Cada esfuerzo suma.
NAPA

10 octubre 2013

CONFLICTOS SOCIALES = ACTIVIDADES EXTRACTIVAS

Julia Cuadros, subdirectora de la asociación CooperAcción indicó que “más del 40 por ciento de los conflictos sociales en el país se dan por actividades extractivas”. Así lo indicó en el Foro organizado por la Confederación Nacional Agraria (CNA) con motivo de su 39 aniversario.

En el evento que se realizó en el Congreso de la República, el pasado 3 de octubre, Julia Cuadros sostuvo que “las actividades extractivas en el Perú han crecido explosivamente” y las concesiones mineras han crecido 400 por ciento en los últimos veinte años.

Esto se debe, según detalló, a que en las últimas dos décadas las concesiones mineras pasaron de 7 a 26 millones de hectáreas en el país. De la misma forma declaró que “el 70 por ciento del territorio nacional está concesionado a hidrocarburos, petróleo y gas”.

De ese 70 por ciento el 21 por ciento se encuentra bajo concesión minera, según información oficial del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico a junio de 2013. Antolín Huáscar, presidente de la CNA, advirtió a su turno el peligro en que se encuentran los pequeños agricultores del Perú por causa de las políticas del gobierno de Ollanta Humala.

Alertó sobre el Proyecto de ley 2462 que reduce la cantidad de votos necesarios dentro de las comunidades de la sierra para que dispongan de sus tierras. De igual manera, advirtió del peligro que implica el crecimiento de monocultivos que enriquece a unos pocos y perjudica al agricultor.

Huáscar Flores reconoció el papel que viene asumiendo la mujer en la conservación de la biodiversidad y criticó la actitud del mandatario Humala Tasso que -señaló- está permitiendo que sean las mismas empresas las que decidan si un proyecto extractivo procede o no. En otro momento enfatizó en la propuesta de agricultura sostenible de los pueblos que tiene como componentes lo social, económico, productivo, cultural y político, y que las autoridades deberían de poner en agenda.

Del la reunión formó parte también Róger Rumrrill, periodista, escritor y experto en amazonía y pueblos indígenas, quien advirtió del peligro de la concentración de tierras en el país. “No solo hay concentración de tierras, hay también concentración en la producción, en la comercialización, en la transformación… tres empresas controlan toda la producción de leche, de aceite, de café, de cacao”, destacó.

El experto en amazonía explicó que en un contexto de esta naturaleza es imposible el Buen Vivir ya que “la condición fundamental para que ésta se dé es la tierra, la justicia, la equidad”, enfatizó. Róger Rumrrill aseveró, además, que el Buen Vivir no es posible mientras los derechos de los pueblos andinos-amazónicos se vean conculcados. El experto citó algunos casos en los que se han pasada por alto derechos como el de la Consulta Previa.

Por su parte la parlamentaria Verónika Mendoza cuestionó la política del actual gobierno en donde está tomando “una centralidad excesiva la promoción de las actividades extractivas”, en perjuicio de la pequeña agricultura. Recalcó que el 70 por ciento de los alimentos que consumimos los peruanos a diario provienen de este “sector olvidado por el Estado”.

Sobre el impacto que viene ocasionando la minería y otras actividades extractivas, la legisladora anunció que en este año se espera poder presentar un proyecto de ley para institucionalizar los monitoreos comunitarios.
Asimismo, destacó la importancia de que las políticas públicas para pueblos y comunidades originarias se trabajen desde un enfoque intercultural.
Servindi

09 octubre 2013

NACIONES QUE DEGRADAN SU AMBIENTE

Un estudio realizado por universidades, evaluó a 171 países, utilizó siete indicadores de degradación ambiental: pérdida de bosques naturales, transformación de los hábitats, capturas pesqueras, uso de fertilizantes, contaminación de las fuentes de agua, emisiones de carbono y especies amenazadas. Países latinoamericanos encabezan lista de naciones que más contribuyen al impacto negativo sobre el medio ambiente.

Brasil, México y Perú se encuentran entre los 10 países del mundo que más contribuyen a la degradación ambiental, de acuerdo con la "Evaluación del Impacto Ambiental Relativo de los Países”, realizada por las universidades de Adelaide (Australia), Princeton (EEUU) y Nacional de Singapur.

El estudio, que evaluó a 171 países, utilizó siete indicadores de degradación ambiental: pérdida de bosques naturales, transformación de los hábitats, capturas pesqueras, uso de fertilizantes, contaminación de las fuentes de agua, emisiones de carbono y especies amenazadas.

Uno de los grandes hallazgos es que a mayor riqueza de un país, es mayor su impacto sobre el ambiente. "Correlacionamos los rankings frente a tres variables socioeconómicas (tamaño de la población, producto interno bruto y calidad de la gobernanza) y encontramos que la riqueza total era la variable explicativa más importante; cuanto más rico un país mayor es su impacto ambiental promedio”, explicó el profesor Corey Bradshaw, quien dirigió la investigación llevada a cabo en el 2010. "Hay una teoría sobre que a medida que aumenta la riqueza, los países tienen más acceso a tecnología limpia y adquieren más conciencia ambiental, de tal forma que los impactos sobre el ambiente comienzan a declinar. Esto no pudo ser confirmado”.

Sin embargo, la investigación también encontró que en países con mala calidad de gobernanza y elevada corrupción, las políticas de protección ambiental son inexistentes o no se implementan adecuadamente.

El documento alertó que "la continua degradación de la naturaleza a pesar de décadas de advertencias, junto con el crecimiento de la población humana, sugieren que la calidad de vida humana podría disminuir considerablemente en un futuro próximo. La creciente competencia por los recursos podría desencadenar conflictos sociales y guerras con cada vez más frecuencia. La permanente degradación ambiental exige que los países que necesitan soluciones sean identificados con urgencia para que reciban ayuda en la conservación y restauración ambiental”.
ADITAL

07 octubre 2013

COMO ENFRENTAR EL DESAFÍO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

América Latina y el Caribe es conocida por la increíble diversidad de su gente, flora, fauna y ecosistemas. A pesar de su reputación como tierra de contrastes y extremos, todos los países de la región tienen algo en común: el profundo impacto que el cambio climático puede provocar en sus poblaciones rurales y agricultura.

Foto: Neil Palmer (CIAT)
El sector de la agricultura contribuye de manera importante a la seguridad alimentaria y es el principal medio de subsistencia en las zonas rurales, representando alrededor del 6% del PIB total y 15% del empleo total en la región. Sin embargo, se espera que la creciente variabilidad en factores como la intensidad y frecuencia de las precipitaciones o la incidencia de sequias u tormentas afecte de manera negativa a las cosechas, que podrían verse reducidas hasta en un 30% para el 2020. Lo anterior, unido al aumento de población y transformación de hábitos alimenticios supondrá una presión añadida para el mercado alimentario regional y global.

Esta situación presentará importantes riesgos para las poblaciones más necesitadas: los impactos del cambio climático afectarán de manera desproporcionada a los más vulnerables, grupos más pobres o comunidades indígenas, así como personas que dependen de la agricultura para su subsistencia.

La buena noticia es que existen soluciones para este acuciante problema: la región puede responder a la vulnerabilidad provocada por los cambios en el clima con medidas adecuadas de adaptación, tales como la diversificación de sistemas de producción e implementación de políticas adecuadas. Sin embargo, la enorme heterogeneidad de la región hace más complicada la formulación de medidas de adaptación. Los riesgos del cambio climático a lo largo de América Latina y el Caribe todavía no son del todo conocidos, por lo que la adaptación debe comenzar por un estudio de las diferentes dimensiones de los impactos del clima. ¿Qué cultivos y correspondientes agro-ecosistemas pueden ser los más vulnerables y por qué? ¿Dónde y cuándo se darán los impactos? ¿Cuáles serán las consecuencias sociales y económicas de estos impactos?

Cada vez se realizan más análisis sobre los impactos del clima, si bien en la mayoría de los casos se realizan a pequeña escala, analizando el impacto en un país, cultivo o incluso una región. El programa de investigación en cambio climático, agricultura y seguridad alimentaria de CGIAR (CCAFS) y el BID están impulsando una iniciativa para promover el crecimiento sostenible en América Latina y el Caribe a través de la protección medioambiental, adaptación al cambio climático y promoción de la seguridad alimentaria, una iniciativa que nace con el compromiso de abordar la vulnerabilidad climática en una escala más amplia. El proyecto “Vulnerabilidad al cambio climático en el sector agrícola” contribuirá a un mejor entendimiento del efecto del cambio climático en la producción y productividad de cultivos clave para la región, desde Tijuana hasta Tierra del Fuego.

¿Cómo podemos alcanzar estas ambiciosas metas? CCAFS y el BID han creado un modelo de intervención que, durante los próximos dos años, utilizará proyecciones sobre clima, cultivos y economía para identificar los efectos del cambio climático en la productividad de los principales cultivos de la región, seleccionados tomando en consideración su contribución en términos de aporte calórico, valor económico y teniendo también en cuenta la factibilidad de aplicar esta técnicas de modelado para su análisis. Este análisis integral evaluará tanto los impactos económicos como sociales del cambio climático en relación a la seguridad alimentaria con el objetivo de identificar las regiones, cultivos y comunidades más afectados. El proyecto también estudiará el aumento de la temperatura de los suelos que se espera como resultado del cambio climático, un factor que podría tener efectos en las semillas y en la degradación del suelo, afectando a la germinación, desarrollo y productividad general de los cultivos.

Esperamos que los resultados de este estudio sirvan para guiar a los gestores de políticas públicas en la identificación, diseño e implementación de opciones para adaptar la agricultura de la región al cambio climático, minimizando los riesgos para agricultores y consumidores. Como este proyecto demostrará, la ciencia es capaz no sólo de predecir si el cambio climático tendrá un impacto, sino que puede además predecir cuándo, dónde y cómo afectará al desarrollo de la agricultura y la seguridad alimentaria a escala local y global.

El impacto de este estudio no es únicamente en contribuir a lograr una agricultura más resiliente al cambio climático; si ayudamos a los agricultores, gobiernos y otras partes involucradas a prepararse frente a este fenómeno, conseguiremos reducir de manera significativa los riesgos asociados a la inseguridad alimentaria y el sufrimiento humano en América Latina y el Caribe.

Sobre la autora invitada: Melissa Reichwage
Melissa comenzó a trabajar para el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en julio de 2013 y trabaja en temas clave de desarrollo como el impacto del cambio climático global en la agricultura y la seguridad alimentaria. Melissa es responsable del desarrollo de relaciones con donantes y el establecimiento de alianzas internacionales. Antes de unirse a CIAT, Melissa colaboró en el desarrollo de programas internaciones de CARE en Atlanta (EE.UU). Melissa posee una maestría en Salud Pública de la Universidad Emory de Estados Unidos.
BID