27 noviembre 2013

390.000 MILLONES DE ÁRBOLES DE 16.000 ESPECIES DISTINTAS

La reserva forestal más grande del planeta fue finalmente censada por un centenar de expertos de 88 instituciones del todo el mundo, que demoraron diez años para completar el relevamiento: quedan 390.000 millones de árboles, de 16.000 especies diferentes. Sin embargo el censo revela aspectos asombrosos y preocupantes para el futuro: la mitad del total de árboles pertenece a solamente 277 especies, mientras que las demás están todas en mayor o menor grado en camino a su eventual desaparición.
Se necesitaron 1.170 inventarios para detallar el censo amazónico, que cubrieron la totalidad de la foresta y la jungla buscando respuestas al futuro del mayor reservorio vegetal que existe en su gran mayoría en un solo país: Brasil. Ocho países tienen responsabilidad y territorio amazónico: además de los brasileños, está Perú que le sigue en cantidad de quilómetros cuadrados de selva, y detrás vienen Colombia, Bolivia, Ecuador, Guyana, Venezuela y Surinam, en ese orden.

La mayor biodiversidad planetaria cada vez con mayores riesgos
Declarada una de las siete maravillas naturales del mundo, la Amazonia apenas podía ser analizada en un contexto biológico global por los científicos que exigían un relevamiento mínimo para entender donde están parados y cuáles son las posibilidades reales de conservación.

A partir de la identificación y cuantificación de las plantas y especies más comunes en la selva, será posible hacer investigaciones complementarias que habiliten las decisiones políticas imprescindibles, han coincidido los 88 técnicos participantes del muestreo. De ello depende también el análisis cuantitativo de las áreas involucradas directamente en la reconversión del dióxido de carbono. A partir del conocimiento de las variedades y su número, ello apunta a ser factible en el futuro inmediato.

Las especies arbóreas dominantes son apenas el 1,5% del total de variedades en la Amazonia, y de algunas de las 6.000 especies “raras” quedan menos de mil ejemplares, lo que es catalogado como de inminente extinción por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.
La Red21

25 noviembre 2013

INDIGNANTE ABANDONO DE NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL

Hace más de 3 años (22 julio 2010) se publicó la “Ley de creación del Ministerio de Cultura” (N° 29565) para fomentar la cultura y principalmente para conservar y proteger nuestro vasto y extraordinario patrimonio cultural, sin embargo, poco o nada se ha avanzado, y se incrementa la destrucción progresiva de nuestros monumentos arqueológicos.
Hace solo un mes grupos de agricultores destruyeron 3 hectáreas de una zona intangible de Luya (Lambayeque) donde existen restos de una Plaza ceremonial de 1,000 años de antigüedad que sería sede del reino de Nor (nieto de Naylamp), pero lo más indignante es que las labores arqueológicas del proyecto se paralizaron por falta de presupuesto y no existía señalización ni control.

En Nasca, invasores han destruido conjuntos de líneas y trapecios del complejo arqueológico (en Cerros Altos y Huaca La Calera II) usando maquinaria pesada, construyendo cercos de piedras y lotizando terrenos. Según el arqueólogo Giuseppe Orefici, esto sucede por la indiferencia de las autoridades encargadas de protegerlo.

Hace pocos meses, para uso de cultivos, fueron destruidos 100 metros de un camino chimú de 600 años de antigüedad del Complejo Arqueológico de Chiquitayab en Ascope (La Libertad), también 450 hectáreas de la reserva ecológica de Chiparrí y tasa hídrica de Tinajones, y además, 5 de las 24 hectáreas del complejo arqueológico más importante de la cultura Chancay, Pisquillo Chico (Huaral). Más cerca, en Carabayllo, Lima, han invadido parte del complejo monumental Huaycoy (1800 a.C) y actualmente se venden terrenos de 90 m2 a US$ 20,000.
 
En febrero 2012, el director ejecutivo en el Perú del World Monument Fund (WMF), Juan de la Puente, nos advertía que “la gestión y protección del  patrimonio en el Perú es un desastre”.

Esta grave e indignante situación de nuestro patrimonio cultural se explica por:
1) El gobierno no tiene voluntad política para otorgarle prioridad y no toma conciencia de su descuido, incumpliendo el mandato constitucional de protegerlo (artículo 21°);
2) Los recursos asignados al sector Cultura son mínimos (0.29% del presupuesto general, unos S/. 60 millones anuales);
3) No se le asocia a una visión de desarrollo nacional;
4) Falta de capacidad de gestión, desidia y abandono, en su administración, preservación y protección, a nivel local y regional; y
5) Falta una ley de mecenazgo que permita el necesario concurso de la empresa privada.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 23 de noviembre de 2013