26 septiembre 2013

CAMINO INCA ENTRE PERÚ Y ECUADOR

Durante cuatro días más de un centenar de entusiastas caminantes de Perú y Ecuador realizaron la caminata binacional Wayakuntu, con el fin de reforzar la identidad cultural de los pueblos ancestrales y desarrollar el turismo vivencial en los países y las comunidades por donde pasa el sistema vial inca o Qhapaq Ñan.
Esta actividad que se realizó, del 19 al 22 de setiembre, por una iniciativa de las comunidades de Perú (Ayabaca) y Ecuador (Cariamanga) con el apoyo del Ministerio de Cultura del Perú, a través del Proyecto Qhapaq Ñan – Sede Nacional; la Municipalidad Provincial de Ayabaca, el Municipio de Calvas y Ministerio de Turismo de Ecuador, además de las rondas campesinas y comunidades de Ayabaca.

Esta caminata que ya va en su segunda versión, adoptó el nombre de la antigua Confederación de los Guayacundos, en cuyo territorio se ubica el centro ceremonial de Aypate. Los gobiernos de Perú y Ecuador, a través del Ministerio de Cultura y el Ministerio Coordinador de Patrimonio respectivamente, suscribieron en octubre del 2012 un convenio de cooperación bilateral para la formulación y desarrollo del Proyecto “Puesta en Valor y Uso Social de la Ruta Cultural y Patrimonial Ecuador– Perú” cuya implementación se prevé para el 2014.

Los esforzados caminantes llegaron desde Loja, Cuenca, Gonzanamá y Quito (Ecuador), y de Ayabaca, Piura, Lima, Tacna, Arequipa (Perú), a quienes se sumaron dos chaskis de Bolivia, y comuneros de la zona, que los acompañaron en una travesía de aproximadamente 81 kilómetros. Entre los participantes figuró el profesor Mario Tabra, quien además dirige el Museo Arqueológico de Ayabaca, en el cual promueve el patrimonio cultural asociado al Qhapaq Ñan, en su casa museo.

Cuatro días de camino
La partida se inició en el l Parque Central de Cariamanga, capital del cantón de Calvas en la provincia de Loja, Ecuador, recorrieron la zona de Pasallal, en la frontera Perú – Ecuador. Al iniciar la segunda jornada del camino, el grupo atravesó el río Calvas para llegar al sector peruano de Mangal, y arribar a la Comunidad de Samanga, ubicada en Ayabaca, donde visitaron el sitio denominado La Huaca, en el que se encuentran diversos vestigios arqueológicos que incluyen una estructura piramidal y la presencia de huancas (monolitos).

Cabe señalar que el tramo binacional del Qhapaq Ñan comprendido entre Aypate – Las Pircas ha sido nominado a Patrimonio Mundial en el cual se realiza de manera permanente un trabajo en conjunto a nivel de estados y a nivel de comunidades locales.

El tercer día, sábado 21, fue el equinoccio de primavera. Por el carácter especial de esta fecha, los caminantes dieron inicio al último día de la caminata saludando la salida del sol.
Posteriormente retornaron hacia el cerro La Huaca para dirigirse a Aypate en un trayecto que, en algunos sectores, sigue el trazo del Qhapaq Ñan y atraviesa la Quebrada del Chiro.

Los caminantes fueron recibidos en la Zona Arqueológica Monumental de Aypate, en la cual el Ministerio de Cultura viene ejecutando un proyecto integral desde el 2012, por los pobladores de las Comunidades Campesinas de Cujaca y Olleros y de los Predios de Lagunas de Cangly; además, por el equipo de profesionales del Proyecto Qhapaq Ñan – Sede Nacional.

El Dr. César Astuhuamán, director del Proyecto Integral Aypate, explicó a los caminantes los avances en el trabajo de investigación que vienen realizando y que las labores de investigación, conservación y puesta en uso social del Proyecto puedan ofrecer beneficios reales y directos para el desarrollo local y regional.
El domingo 22 de setiembre finalizó la Caminata Wayakuntu en la Ciudad de Ayabaca.

La Caminata Wayakuntu forma parte de las iniciativas locales que el Ministerio de Cultura del Perú, a través del Proyecto Qhapaq Ñan – Sede Nacional, viene apoyando como parte de su enfoque de participación comunitaria para la puesta en uso social del camino Inca y sitios arqueológicos asociados; y en el marco de la Declaratoria del Qhapaq Ñan a la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Enlace Nacional

23 septiembre 2013

LA DEFORESTACIÓN DE LOS BOSQUES...UNA MUERTE LENTA

La mitad del planeta estaba cubierto por los bosques hace unos 10.000 años. Había casi 6.000 millones de hectáreas de bosque en el mundo que ocupaban el 45% del planeta. Actualmente existen un poco más de 4.000 millones de hectáreas que representan cerca del 31% de la superficie del planeta.
La historia de la humanidad es la historia de la utilización de los diversos bosques del planeta, afirma el “Informe de Bosques del Mundo 2012”, realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El organismo internacional reconoce que el hombre tiene su parte oscura desde que pisó la Tierra: "La historia de la humanidad es también la historia de la deforestación y las graves consecuencias ambientales que esta puede tener, siendo causa, en ocasiones, del colapso de una sociedad".
Se estima que a lo largo de 5.000 años la desaparición total de terreno forestal en todo el mundo fue de 1.800 millones de hectáreas. Es decir, se perdieron unas 360.000 canchas de fútbol cada año en los últimos 5.000 años.

Hasta principios del siglo XX la mayor tasa de deforestación se registraba en bosques de las zonas templadas de América del Norte, Asia y Europa. Posteriormente la tala se trasladó hacia las zonas tropicales del mundo, situación que se mantiene hasta nuestros días. "El desmonte de zonas forestales se debía, en su mayor parte, a la expansión de la producción agrícola, pero también contribuían a él el desarrollo económico y el consiguiente uso, a menudo insostenible, de los bosques con fines de extracción de materias primas y combustible".

Crecimiento demográfico y deforestación van de la mano, dice la FAO, aunque reconoce que el auge de la demanda de alimentos, fibra y combustible "han acelerado el ritmo de desmonte hasta el punto de que en los últimos 10 años el promedio anual neto de desaparición de bosques llegó a los 5,2 millones de hectáreas" (unas 520.000 canchas de fútbol por año).

Regla común
"La deforestación es una pauta común", reconoce la FAO y señala que la mayor parte de la tala "es intencionada, no irracional".

"Se han desmontado zonas boscosas para dejar sitio a ciudades y explotaciones agrícolas y producir madera, alimentos y combustible destinados a los mercados nacionales y de exportación con el objetivo, aunque no siempre el resultado, de elevar el nivel de vida del ser humano".

Se pierden 5,2 millones de hectáreas por año (Más de 1.400 canchas de futbol por días, casi 60 por hora) pero la FAO es optimista: "Deberán pasar 775 años para que desaparezcan todos los bosques del mundo, plazo que parece suficiente para adoptar medidas dirigidas a aminorar o detener la deforestación mundial".

América y más al sur
En América había entre 65 y 100 millones de personas cuando llegaron los europeos, a fines del siglo XV. Desde el 1500 y en tan sólo 150 años "las poblaciones autóctonas disminuyeron a cerca de 1 millón de personas en América del Norte y 4 millones de personas en América central y del Sur (Williams, 2002)".

"Es probable que cerca del 75 % de América Latina estuviera ocupado por bosques antes de los asentamientos europeos (…) Al día de hoy, alrededor del 50 % del territorio está ocupado por bosques."

En los siglos XVIII y XIX se produjo un nivel de deforestación importante, pero fue en el siglo XX cuando el ritmo se multiplicó.

"En América Latina se registró una pérdida neta de 88 millones de hectáreas de bosques (el 9 % de la superficie forestal total) durante los 20 años transcurridos desde 1990 hasta 2010. Estos datos no consideran la deforestación real ocurrida durante dicho período porque tienen en cuenta la forestación". La principal causa de la deforestación fue la conversión de los bosques a tierras de pastoreo y cultivables.

Por primera vez en la historia la superficie forestal de la región se redujo a menos del 50 % de la superficie terrestre total. Si se mantuviese este ritmo de desaparición de los bosques, América Latina se quedaría sin ellos en unos 220 años.
Bosque Pampeano
Texto y foto: Pablo D'Atri