30 julio 2010

Impactos del Vertido - Golfo de México

El Arctic Sunrise va a realizar una expedición de tres meses para documentar el verdadero impacto del desastre en los ecosistemas terrestres y marinos de la zona, así como en las especies migratorias que están a punto de llegar a sus refugios estacionales en las costas de Estados Unidos.

El Arctic Sunrise saldrá de Tampa, Florida, la semana del 9 de agosto y visitará los Cayos de la Florida y el parque nacional Dry Tortugas, antes de acercarse a la fuente del derrame, a 80 km de la costa de Venice, en Louisiana. Científicos a bordo del barco de Greenpeace examinarán la zona del Golfo a fondo -desde el plancton en la superficie hasta las plumas de crudo en la columna de agua o los corales de aguas profundas- para determinar el alcance de los impactos del vertido.

Greenpeace destaca que, pese al anuncio realizado por BP el pasado fin de semana de que había controlado el vertido, se ha comprobado que el pozo sigue vertiendo crudo al mar porque existen fugas de menor entidad que la empresa no puede controlar. Y recuerda igualmente que ni siquiera la completa detención del vertido significaría el fin del problema ya que los más de 700 millones de litros de petróleo que se han derramado en el Golfo de México siguen poniendo en peligro la vida salvaje y los ecosistemas marinos de la zona y afectando gravemente al sector pesquero de la región. Según la organización ecologista, BP ha cometido muchos errores entre los que destaca la asignación de recursos insuficientes para solucionar este problema y la falta de transparencia, ocultando información o impidiendo el acceso a la zona de periodistas y de la sociedad civil.

Mediante la expedición que empezará a primeros de agosto, Greenpeace pretende evaluar los impactos de una forma independiente desde la misma fuente del problema para que los ciudadanos estadounidenses y el mundo en general conozcan en alcance real de esta tragedia ambiental.

Durante la expedición, el Arctic Sunrise hospedará a científicos independientes de diferentes disciplinas que identificarán la vida marina en la zona y valorarán las consecuencias del vertido en su desarrollo, mediante el monitoreo de mamíferos marinos, tortugas, peces y aves marinas, así como a través de la observación de bioindicadores de la contaminación como las esponjas marinas que, por ser organismos filtradores de grandes cantidades de agua, son útiles para analizar los efectos subletales del petróleo y los dispersantes. Estarán a bordo del barco de Greenepace, entre otros, Charles Messing y José López de la Nova Southeastern University.

Greenpeace hace un llamamiento a los poderes públicos para que:
Prohíban la perforación en aguas profundas y la exploración de cualquier otra vía no convencional de obtención de petróleo como las explotaciones en el ártico o las arenas bituminosas, por sus elevados riesgos.
Dejen de subvencionar a los combustibles fósiles, como acordaron los miembros del G8 reunidos en Pittsburg el año pasado, entre los que estaba España.
Reinviertan los fondos anteriores en la promoción de las energías renovables.
Establezcan políticas públicas que estimulen una revolución energética basada en energías limpias, la única forma de luchar eficazmente contra el cambio climático.

La organización ecologista ha destacado la incoherencia de países como Estados Unidos que no contempla el abandono de su dependencia del petróleo y sigue consumiendo el 25 por ciento de los recursos petroleros globales pese a tener sólo el tres por ciento de las reservas de crudo del mundo. Greenpeace señala la necesidad de invertir globalmente en el desarrollo del gran potencial que tienen las energías renovables, así como las medidas de ahorro y eficiencia energética. La organización recuerda que, según el su informe [R]evolución Energética, es posible eliminar gradualmente los combustibles fósiles a escala global. Ya para el año 2050 se podría llegar a reducir nuestra demanda de combustibles fósiles y nucleares hasta un 86% respecto al escenario tendencial.
Greenpeace

27 julio 2010

Contaminación térmica: qué es y cómo afecta al medio ambiente

Diversas actividades industriales pueden cambiar la temperatura del entorno y provocar importantes daños ecológicos

Alterar uno o dos grados la temperatura de un ecosistema vulnerable puede hacer tanto daño como el vertido de un residuo tóxico. La contaminación térmica se produce por diversas actividades industriales, como las centrales térmicas o nucleares, o la transformación artificial de un entorno. La desaparición de diversas especies animales y vegetales sensibles, la llegada de especies invasoras, la degradación del agua o el cambio climático son algunas de sus consecuencias. Los consumidores son importantes para evitar este tipo de polución.

La contaminación térmica se produce cuando la temperatura ambiente cambia por alguna actividad humana. Las centrales termoeléctricas o las nucleares, dos de los sistemas de generación de energía más comunes de la actualidad, se encuentran entre sus principales causantes. En estas instalaciones, el combustible se transforma en calor para producir energía. La baja eficiencia del sistema se traduce en la expulsión al exterior de grandes cantidades de calor. Para enfriarlo, se utilizan volúmenes importantes de agua, y por ello, este tipo de centrales se ubican en lugares costeros o cercanos a lagos o grandes ríos. En 1988, la central nuclear de la bahía Nanwan, en Taiwán, dañó los arrecifes de coral de la zona a causa de la falta de control de sus salidas de calor. La alteración de uno o dos grados centígrados puede provocar un elevado impacto ambiental

En los ecosistemas acuáticos, la alteración de uno o dos grados centígrados puede provocar un elevado impacto ambiental. Los animales de sangre fría, como los peces o los anfibios, son muy sensibles a las variaciones térmicas. El aumento de la temperatura del agua puede afectar a su sistema reproductivo. La actividad bacteriana y de parásitos se estimula y favorece la aparición de enfermedades.

El calor acelera la actividad metabólica. Los organismos afectados consumen más alimentos en menos tiempo y reducen los recursos del entorno, con la consecuente disminución de las poblaciones. Otro posible efecto negativo es la eutrofización del agua, un proceso que favorece el crecimiento rápido de algas y otras plantas verdes que enturbian el agua.

Una mayor temperatura provoca también migraciones animales. Los seres vivos que no aguantan los nuevos cambios tratan de huir a otros lugares más templados. Por su parte, seres de otros lugares más cálidos viajan al nuevo hábitat gracias a sus nuevas y favorables condiciones, con los efectos negativos de las invasiones de especies. La situación deriva en una pérdida de biodiversidad.

La transformación de los ecosistemas es otro de los grandes causantes de contaminación térmica. La eliminación de la vegetación de las orillas de los lagos y ríos deja sin sombra a unas aguas cuya temperatura puede ascender varios grados. La destrucción de arbolado y baja vegetación en zonas limítrofes contribuye a la erosión del suelo y el enturbiamiento de las aguas.

La transformación de los ecosistemas es otro de los grandes causantes de contaminación térmica

El agua es el medio que más sufre esta amenaza, pero el aire no se encuentra a salvo. Las concentraciones urbanas generan un efecto, conocido como "islas de calor": las grandes ciudades registran temperaturas mayores que sus vecinos de las zonas colindantes. Otro efecto de la actividad industrial, la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, también provoca el aumento de las temperaturas globales, y con ello, un cambio climático.

La contaminación térmica también se produce cuando se genera el enfriamiento del entorno. Algunas plantas de regasificación de gas natural utilizan grandes cantidades de agua marina que devuelven más fría.

Medidas para combatir la contaminación térmica
El fenómeno de la contaminación térmica se ha estudiado desde los años 70 del siglo pasado. Los consumidores son importantes en la reducción de esta contaminación. Su conciencia ecológica puede pesar en las instituciones, de manera que apliquen normativas medioambientales más rigurosas que contemplen medidas contra los escapes de calor. Por otra parte, los ciudadanos también pueden presionar sobre las empresas para que asuman medidas de control y reducción de dicha polución. La utilización de torres de evaporación en las centrales eléctricas disminuye en parte la temperatura. Asimismo, se utilizan diversos controles para evitar un excesivo aumento del calor en el exterior. Las centrales nucleares deben cesar su actividad de manera temporal si no pueden rebajar su temperatura de salida a unos límites establecidos.

El apoyo de tecnologías más limpias es otra vía en la que los consumidores pueden ser importantes. El aumento de la eficiencia en las instalaciones industriales ha supuesto la reducción de derroche de la energía en forma de calor. Las denominadas plantas de cogeneración aprovechan el exceso de calor para otros procesos productivos. La sustitución de la energía procedente de centrales de combustible fósil o atómico por otra de origen renovable, como la eólica o la solar, contribuyen a reducir este tipo de contaminación. En los hogares, los consumidores pueden reducir el uso de la energía. De esta manera, además de ahorrar dinero, reducirán el impacto de la contaminación térmica. Asimismo, los consumidores también pueden apostar por sistemas de vida más ecológicos que disminuyan la destrucción de los ecosistemas.
ALEX FERNÁNDEZ MUERZA