12 noviembre 2012

EXPEDIENTE TÉCNICO DE OBRA DE AGUA DE CHICLAYO ESTÁ MAL HECHO

El malestar general se ha apoderado de la ciudad debido a la renovación de las redes de agua y alcantarillado, que entre otros aspectos tiene como consecuencia, además del estancamiento de aguas negras en las calles y la presencia de polvo, el incremento del caos vehicular y la restricción del tránsito peatonal. Intentando hallar mayores razones que justifiquen el por qué de esta situación, así como la lentitud de los trabajos, Expresión recorrió en exclusiva la obra con el supervisor del proyecto, quien señaló con claridad que el expediente técnico elaborado por EPSEL tiene serias deficiencias, hecho que es confirmado por el gerente general de la entidad de saneamiento.

José María Cajo Ramírez, del Consorcio Supervisor Chiclayo, encargado de verificar el cumplimiento adecuado del expediente que ejecuta el Consorcio Chiclayo, refiere que existe una alta incongruencia entre lo señalado en el documento técnico y lo que se ha encontrado en el campo, es decir, bajo el pavimento de las calles, toda vez que el estado de las conexiones de agua y desagüe, así como de los colectores, difiere totalmente.

El ingeniero, quien señala tener la experiencia suficiente para liderar el equipo de profesionales que lleva adelante la supervisión, indica que el encargado de elaborar el expediente técnico, ingeniero Ángel Meléndrez Temoche, en su condición de proyectista de la Sub Gerencia de Estudios y Proyectos de EPSEL, no habría reunido la información suficiente que permita tener con claridad cuál es el estado de las redes subterráneas antes de la intervención de calles, consistente en la perforación de zanjas.

“El proyectista no ha reunido la información suficiente para elaborar un expediente técnico consistente con la realidad que se tiene. No se han contrastado los planos de gabinete (históricos) que posee EPSEL con las necesidades actuales del sistema de saneamiento, es decir el expediente técnico de obra de agua de Chiclayo está mal hecho”, señala.

DE EPSEL A LA MPCH
La unidad formuladora del proyecto fue inicialmente la Entidad Prestadora del Servicio de Saneamiento de Lambayeque – EPSEL, sin embargo éste fue revisado por la Gerencia de Infraestructura de la Municipalidad Provincial de Chiclayo cuando estaba a cargo del ingeniero José Sosa Saavedra, tras asumir la comuna la unidad ejecutora de la obra dada su capacidad para gestionar el presupuesto de 28 millones 559 mil 484.75 soles trasferidos por el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento.

Según explica Cajo Ramírez, Sosa Saavedra se habría limitado a modificar los cronogramas y calendarios de obra, más no el contenido técnico del proyecto, que es precisamente donde se están presentando las complicaciones. “La municipalidad solo ha recortado metas, no ha cambiado para nada la parte medular de diseño de la obra. Las metas se modificaron en relación a la disponibilidad presupuestal con la que cuenta la comuna dadas las trasferencias de partidas para la ejecución del proyecto”, refiere el supervisor.

COLAPSOS Y ANIEGOS
Enfáticamente señala que EPSEL habría mostrado negligencia al momento de elaborar el expediente técnico al no prever el colapso total del sistema de agua y alcantarillado. “Es imposible no tener los problemas que se están presentando actualmente en el centro de la ciudad”, afirma José María Cajo, explicando que la emanación de aguas servidas en calles donde ya se han cambiado las redes del alcantarillado se debe a que la empresa de saneamiento no está dando tratamiento adecuado a la red vieja, que hoy permanece colmatada y cargada de sedimentos que impiden la libre evacuación de los flujos.

Esta situación se presenta, por ejemplo, en la cuadra uno de la calle Ocho de Octubre y la cuadra once de Alfredo Lapoint, donde los trabajos de excavación y reemplazo de tuberías se iniciaron en julio pasado y terminaron hace poco más de un mes. “Por más que se quiera y se instalen las redes en algunos tramos, el sistema no funcionará adecuadamente porque se sigue operando con la red antigua”, indica.

Cajo Ramírez comenta que su especialista en Suelos y Pavimentos, José Ricardo Sánchez Gálvez, ha elaborado un informe en el que advierte que el expediente técnico no fue diseñado por profesionales que reúnan la experiencia suficiente, refiriéndose de manera puntual al caso de Ángel Meléndrez Temoche, quien en la actualidad tiene 32 años de edad y en ejercicio de la Ingeniería Civil cinco años según el registro de su colegiatura.

“Partiendo de esa premisa se entiende entonces que no se puede tener un producto bueno. No es justo que EPSEL responsabilice de todos los problemas que se están presentando con la obra a la empresa ejecutora, yo soy el supervisor pero no puedo tapar el sol con un dedo sabiendo que el problema no es de ahora, sino de hace más de 20 años y por lo tanto se debió de ser más exigente al momento de diseñar la herramienta técnica”, asevera.

NUEVOS FRENTES Y ASFALTO
Semanas atrás, la supervisión del proyecto, a través de una carta notarial, negó luz verde al Consorcio Chiclayo para que continúe abriendo otros frentes de obra (siga perforando calles), mientras no cumpla con la reposición del pavimento en la vías donde ya se había reemplazado la red de saneamiento. Esto motivó a que la constructora solicite a la Municipalidad de Chiclayo un presupuesto adicional de aproximadamente dos millones 800 mil soles para el sellado de zanjas con asfalto, pedido que fue desestimado por la alcaldesa Elizabeth Montenegro Dávila, toda vez que la iniciativa del Consorcio Chiclayo era la reposición parcial del pavimento.

“La alcaldesa señaló que del proceso de pavimentación iba a encargarse la municipalidad y en atención a ello es que se autorizó a la constructora para que continúe abriendo nuevos frentes de trabajo. Esa es otra deficiencia del expediente, porque no se tomó en consideración que al ingresar la maquinaria pesada a las calles se dañaría la totalidad del asfalto y por lo tanto debía realizarse una renovación total y no parcial”, asevera.

Montenegro Dávila ha indicado que el municipio elaborará un proyecto de pavimentación para el casco urbano de la ciudad y una vez terminado éste se gestionará el presupuesto ante el Ministerio de Vivienda. Quiere decir que mientras esto se dé las calles donde ya se terminaron las obras seguirán sin asfalto.

RETRASO QUE PREOCUPA
Habiéndose iniciado la obra a principios de junio pasado, hace cinco meses, ésta debería mostrar en la actualidad un 25% de avance, toda vez que el tiempo de ejecución fijado en el expediente técnico es de 600 días calendario. Sin embargo, el supervisor informa que el desarrollo actual del proyecto es del 16%, por lo que se entiende que existe evidente retraso por parte del Consorcio Chiclayo.

Cajo Ramírez indica que en la Avenida Grau aún falta instalar una tubería de 630 milímetros, acción que no se ha realizado porque el proyectista no ha previsto la interconexión del sistema antiguo con el sistema nuevo. “El residente de la obra ha realizado la consulta y nosotros hemos respondido que ejecutar dicha interconexión demanda un adicional de 18 mil soles que ya se tramitó a la municipalidad”, comenta.

CERO MITIGACIÓN
Entre sus cuestionamientos al expediente técnico, Cajo Ramírez menciona también la no inclusión de presupuesto para la mitigación del impacto ambiental de la obra, consistente en reducir el perjuicio a la salud pública que la exposición de las aguas residuales y presencia de montículos de tierra generan.

“El expediente técnico no tiene un plan de mitigación ambiental. Lo que mi especialista en materia medioambiental, el magister en Ingeniería Sanitaria, Luis Terán Bazán, ha sugerido se ponga en práctica son criterios que por su experiencia considera los más oportunos, como el riego de las calles o la instalación de baños portátiles, por ejemplo. El proyecto tiene un presupuesto mínimo para el aspecto ambiental, casi insignificante para la magnitud de la obra”, refiere, añadiendo que el proyectista podría ser sancionado por dichas omisiones.

CAPAZ PARA SUPERVISAR
El decano del Colegio de Ingenieros de Lambayeque, Jerry Ochoa Medina, cuestionó en reiteradas oportunidades, (Expresión 780 - Septiembre) la capacidad de José María Cajo Ramírez como supervisor de la obra de saneamiento de Chiclayo, considerando que dicho profesional cumple la misma labor en un proyecto de agua y desagüe en otro distrito.

“He cursado diversas cartas a la Municipalidad de Chiclayo solicitando información sobre cuántas horas y qué días de la semana dedica el ingeniero José María Cajo Ramírez a la supervisión del proyecto, toda vez que este mismo profesional es el que tiene a cargo la supervisión del proyecto de saneamiento en el distrito de Pimentel. Hasta ahora no se ha respondido a mi pedido y aquí evidentemente se está vulnerando la norma, porque ésta dice que la supervisión en una obra de esta naturaleza debe ser a tiempo completo. Tampoco se sabe si el mismo equipo del ingeniero Cajo es el que trabaja en Pimentel, la municipalidad no quiere informar al respecto”, declaró para nuestro medio hace dos meses el titular de la orden profesional.

Al respecto, el supervisor señala que Jerry Ochoa estaría confundiendo lo especificado por la norma e incluso que tendría algún tipo de interés personal en confundir a la colectividad con sus declaraciones. “Parece que el decano del Colegio de Ingenieros desconoce lo que dice la norma de contrataciones con el Estado. No se puede estar en dos obras siempre y cuando el contrato se dé como persona natural más no como persona jurídica y en este caso esa es la modalidad con la que yo he contratado con las municipalidades de Chiclayo y Pimentel, con diferentes integrantes en los consorcios, por lo tanto no hay ningún problemas. Además, no soy el único ingeniero en Lambayeque que como consultor forma un consorcio y tiene a cargo más de una supervisión de obra. Eso la ley lo permite”, explica.

Sobre los especialistas de Suelos y Pavimentos y Mitigación Medioambiental, José Sánchez Gálvez y Luis Terán Bazán, respectivamente, el supervisor refiere que éstos están a disposición de las necesidades del proyecto y que ambos tienen asistentes a tiempo completo en las obras.

“Como asistente de campo, según los términos de referencia de la contratación hecha con la Municipalidad de Chiclayo, debería tener yo a un bachiller en Ingeniería Civil, sin embargo he mejorado la propuesta y he contratado los servicios de un ingeniero titulado con proceso de colegiatura en marcha. Mi especialista en Suelos y Pavimentos en estos momentos no tiene mucho que hacer, porque su trabajo será más efectivo una vez se inicien los procesos de asfaltado, porque deberá verificar el corte del material excedente, la compactación de la sub rasante y cuando se estructuren las capas del pavimento, acciones que ni siquiera se han iniciado aún”, comenta, añadiendo que también cuenta con un especialista en Sistema de Información Geográfica que participará en la formulación de los planos de replanteo, a quien se suma su hermano, Martín Cajo Ramírez, como jefe de Topografía.

“Rechazo las imputaciones que está realizando el decano del Colegio de Ingenieros en mérito a no sé qué motivos. Me llama poderosamente la atención que muestre una animadversión hacia mi persona, yo no tengo nada contra él y no sé porque ha llegado a esto. No está actuando como un representante colegiado del Consejo Departamental, sino a título personal, porque en ningún momento el colegio me ha convocado para conversar sobre el desarrollo de nuestro trabajo”, enfatiza.

La supervisión del proyecto de agua y alcantarillado en el casco urbano de Chiclayo está valorizada en 863 mil soles. Finalmente, José María Cajo advierte que serán más de 20 meses los necesarios para la ejecución de las obras, considerando el retraso que ya evidencia el proyecto y el pedido realizado por la Dirección Regional de Cultura para frenar el ingreso al Centro Histórico mientras no se garantice que los trabajos no afectarán el patrimonio monumental. En consecuencia, esto significará también la generación de gastos adicionales que demandarán el incremento del presupuesto asignado.

+ NOTICIAS 
En la cuadra seis de la Avenida Pedro Ruiz, según el expediente técnico del proyecto, debieron instalarse solo cuatro conexiones domiciliarias de agua potable. Sin embargo, al momento de la intervención fue necesaria la ejecución de diez.
Lo que no ha quedado claro es qué tipo de observaciones realizó el Ministerio de Vivienda al proyecto de saneamiento del casco urbano de Chiclayo. Debe recordarse que en más de una oportunidad dicho portafolio le negó la viabilidad al expediente técnico por falencias de diseño.
El proyecto contempla la instalación de tres mil 200 conexiones de alcantarillado y dos mil 900 instalaciones domiciliarias de agua potable. Evidentemente serán más.
El Consorcio Chiclayo tiene 60 operarios trabajando en los distintos puntos intervenidos y solo se tiene un turno laboral de ocho horas durante el día. Según la supervisión resultaría peligroso que los obreros se introduzcan en las zanjas o perforen calles de noche debido a las redes subterráneas de electricidad y telefonía.

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MIGUEL VALDIVIA GOICOCHEA
“Sí hay errores, pero el ejecutor y la supervisión deben rectificarlos”.
El gerente general de EPSEL, Miguel Valdivia Goicochea, reconoció que como todo expediente técnico el elaborado por la entidad de saneamiento no era un documento perfecto y por lo tanto podían encontrarse diferencias entre lo señalado en el papel y lo existente en las zonas a intervenir con el cambio de redes. Sin embargo, precisó que no corresponde a su representada efectuar ninguna corrección.

El economista explicó que al haber pasado la unidad ejecutora a la Municipalidad de Chiclayo en enero de este año (el expediente se elaboró en el 2011), y al concesionar ésta la obra al Consorcio Chiclayo para el proceso constructivo, y al Consorcio Supervisor Chiclayo, para la supervisión, las competencias de EPSEL son nulas respecto a cuán eficientes se están realizando los trabajos.

“Desde que la Municipalidad de Chiclayo solicitó la unidad ejecutora del proyecto a EPSEL, el expediente técnico dejó de ser nuestro y por lo tanto es responsabilidad de la unidad ejecutora el superar las observaciones que se puedan hacer al mismo. Eso no quiere decir que yo no sea hidalgo en reconocer que cualquier expediente puede tener correcciones o también generar gastos adicionales debido a problemas que se encuentran en el camino y a los que se debe dar soluciones distintas a las que se encuentra establecidas en el expediente técnico, eso es algo natural”, sostiene el funcionario.

¿Reconoce que el expediente técnico sí tiene errores?, preguntó Expresión al gerente general de EPSEL y este respondió: “Reconozco que sí hay errores, pero el ejecutor y la supervisión deben rectificarlos, porque siempre se presentan situaciones imprevistas. Hay aspectos que recién se encuentran en el campo y eso no quiere decir que el proyectista sea malo”. A decir de Valdivia Goicochea, los cinco años de experiencia profesional que tendría el ingeniero Ángel Meléndrez Temoche no serían condicionantes para determinar que por incapacidad técnica el expediente fue mal elaborado.

“A las observaciones que se están presentando nosotros estamos tratando de alcanzar opiniones técnicas que ayuden a la solución de las contingencias, como es el caso del sub colector Lora y Lora que no está considerado en el expediente porque nunca ha existido, pero cuya construcción resultó necesaria. Respecto a la urgencia de más conexiones domiciliarias de agua y desagüe no tenemos conocimiento porque no se nos ha informado. Por otro lado, el hecho que el ingeniero Meléndrez tenga 32 años de edad no lo descalifica como profesional, ese no debería ser un tema de discusión”, refiere.

En relación a la mitigación de impacto ambiental que debió considerar el expediente técnico, Miguel Valdivia dice desconocer si en el momento en que se elaboró el documento era ya una exigencia para alcanzar la viabilidad el considerar dicho aspecto. En todo caso – añade – el Ministerio de Vivienda, cuando revisó el expediente antes de asignar el presupuesto, también debió pedir las correctivas del caso. “Si ahora se están presentando problemas de aniegos en las calles en las que ya se han cambiado las redes es la falta de coordinación con EPSEL, nosotros no podemos estar advirtiendo situaciones que el ejecutor y el supervisor deben comunicar de manera oportuna”, indica.

De acuerdo a la norma, la entidad de saneamiento no tiene facultad para ejercer sanción o asumir de manera directa la supervisión del proyecto que ejecuta el Consorcio Chiclayo, razón por la que se han generado acciones aisladas que se reflejan en la inadecuada intervención de las calles, comenta Valdivia Goicochea, añadiendo que en vista de ello EPSEL ha designado a la ingeniera Carmen Torres Núñez como coordinadora de la obra, a fin de alcanzar recomendaciones a la constructora y la supervisión, las mismas que no siempre serían tomadas en cuenta.

Por su parte el ingeniero Edgar Muñico Osorio, jefe de la Sub Gerencia de Estudios y Proyectos de EPSEL, refiere que cuando la Gerencia de Infraestructura de la comuna provincial, en el tiempo jefatural de José Sosa Saavedra, revisó el expediente no solo habría realizado cambios en el cumplimiento de metas, como señala José María Cajo, sino modificaciones en el aspecto medular de la herramienta técnica, es decir alterado el diseño constructivo.

Asimismo, Muñico Osorio poner en alerta por las acciones que pretendería realizar el Consorcio Chiclayo con aval de la supervisión, sobre todo en el cambio de redes troncales. Por ejemplo, la constructora tendría la intención de mover el colector principal de aguas residuales, que tiene tuberías de 1.23 metros y sigue el trazo de la calle Francisco Cabrera, para ubicarlo en la calle Manuel María Ízaga, por donde discurre la línea de impulsión del agua potable que abastece al tanque elevado que se ubica en la Avenida Grau, en las instalaciones de EPSEL, el mismo que suministra de líquido elemento a todo el centro de la ciudad.

Tal ensayo se justificaría, de acuerdo al criterio de los ingenieros del Consorcio Chiclayo, porque como el colector de la calle Cabrera se ubica a tres metros y medio de profundidad y la vía es demasiado angosta, pueden producirse desmoronamientos en la superficie. Sin embargo Muñico Osorio advierte que esto no se daría debido a la buena calidad del suelo, condición que no reúne la calle Ízaga, pese a ser más ancha.

“Lo peor que podría pasar al mover dichas troncales es que las aguas servidas se mezclen con el agua potable. Eso generaría un desastre sanitario en la ciudad”, afirma.

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POR POSIBLE DAÑO MONUMENTAL
Dirección de Cultura pide no ejecutar obras en el centro

Al otro extremo de la mesa se encuentra la Dirección Regional de Cultura, cuya postura es la de evitar que el Consorcio Chiclayo ingrese en el Centro Histórico mientras no se adopten las medidas necesarias para garantizar la preservación del patrimonio monumental.

El arqueólogo Jorge Centurión Centurión indica que ha pedido de manera formal al Ministerio Público para que, a través de la Fiscalía de Prevención del Delito, realice las acciones correspondientes que permitan evitar la comisión de posibles delitos contra el patrimonio, toda vez que la remoción del asfalto, estancamientos de agua e ingreso de maquinaria pesada en casco histórico causarían serios daños a las casonas republicanas que se encuentran en arterias que además de ser estrechas son muy concurridas, como es el caso de San José, Siete de Enero y Elías Aguirre.

La autoridad señala que ha solicitado a la Municipalidad Provincial de Chiclayo que antes de intervenir el centro se realice un estudio de levantamiento arqueológico, el mismo que permita determinar la inexistencia de restos históricos bajo la superficie, tal como sucedió en Motupe donde se halló un fardo funerario en el sub suelo de una calle. “Hasta el momento no hemos recibido respuesta pero estamos firmes en nuestra postura de defender el patrimonio histórico y monumental de la ciudad, por lo que esperamos que tanto la municipalidad como el Consorcio Chiclayo actúen de manera responsable”, asegura.

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HENRY ARROYO MONJA
“Los vecinos y comerciantes de la calle Ocho de Octubre estamos altamente mortificados porque llevamos semanas con el agua estancada en la pista, pese a que ya se cambiaron las tuberías”.

ADOLFO ARRIBASPLATA ARRIBASPLATA
“En la cuadra 11 de la calle Alfredo Lapoint estamos hace dos meses padeciendo de serios problemas por la obra de agua y esto afecta nuestros negocios. Pedimos mayor celeridad en los trabajos”.

JORGE SANDOVAL FARROÑAN
“Los vecinos de las cuadras 3, 4 y 5 de la avenida Pedro Ruiz hemos presentado un memorial a la Defensoría del Pueblo porque en realidad la situación es insoportable. Queremos que se termine la obra ya”.
Semanario Expresión

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