Acusando directamente a la empresa minera La Zanja de verter contaminantes tóxicos en las cabeceras de la Cuenca en las provincias de Santa Cruz y San Miguel, que derivan al valle Chancay - Lambayeque, un grupo de autoridades de la región, determinó cómo estos desechos tóxicos son arrojados a los ríos que por esas zonas discurren, entre ellos el Cañad, Pisit y San Pedro.
La comitiva oficial, encabezada por el consejero regional Antonio Eneque Soraluz, el presidente de la Junta de Usuarios, Genaro Vera Roalcaba; y el dirigente de la CGTP en Lambayeque, Erwin Salazar Vásquez, comprobó in situ, gracias a los testimonios de los pobladores del lugar, cómo en los últimos años el olor y la coloración del caudal de estos ríos ha variado considerablemente, al punto inclusive que éste disminuyó hasta en un 70% aproximadamente.
Las imágenes que la comitiva ha captado son contundentes y permitirá demostrar ante las autoridades competentes cómo en estas Cuencas, con un elevado nivel de contaminación, la vida humana y animal podría degenerarse en algunos años más si no se adoptan las medidas del caso, implicando ello que zonas de las regiones Cajamarca y Lambayeque, altamente rentables en producción agropecuaria y comercial, puedan quizá, en algunos más, dejar de serlo.
Para tener una mejor idea sobre el panorama sombrío que se vive y percibe en estos lugares, el alcalde distrital de Pulán, Celso Santa Cruz Izquierdo, manifestó que el proyecto minero La Zanja (para extraer oro) no cuenta con la licencia social, tal y conforme lo demuestra la Defensoría del Pueblo de Cajamarca y el Ministerio Público de la Provincia de Santa Cruz, por lo que con el desarrollo de sus actividades, por encontrase en cabecera de Cuenca, afectaría al medio ambiente, agricultura, ganadería y las cuencas hidrográficas de los afluentes que derivan al río Chancay, como son el Cañad, Pisit y El Cedro, comprendidos en la zona de influencia de La Zanja, y son los que en la actualidad estarían recibiendo los relaves mineros.
Sabido es además que esta situación ha devenido en la generación de un grave problema social, dado a que perjudicaría el proceso de desarrollo agropecuario del 100% del distrito de Pulán y el 69.96% del territorio total de la provincia de Santa Cruz – según Estadística de Derechos Mineros Vigentes de INNGEMET – marzo 2009) -, y que inclusive perjudicaría 180, 000 hectáreas de cultivo y a 450,000 usuarios de riego aproximadamente del Valle Chancay - Lambayeque.
Esta misma autoridad ha tenido la valentía de denunciar que un 100% del territorio se encuentran concesionadas por la empresa minera la Zanja, es más, en ninguna comunidad se habrían realizado audiencias públicas para consultar si están o no de acuerdo con la actividad minera, por lo que a consecuencia de ello, en reiteradas oportunidades han realizado paros y marchas con el apoyo de la población y organizaciones diversas ante el rechazo a los trabajos que realiza el proyecto minero La Zanja.
No solo han venido reclamando en su pueblo, también lo han hecho en la capital de la República, pero siempre han recibido como trato: la indiferencia. El reclamo, el mismo: apoyo de autoridades de los poderes del Estado y exigir que se deje sin efecto la concesión a la compañía Buenaventura para operar en la zona.
“Con el proyecto minero, que sería de tajo abierto, se destruirían los colchones acuíferos internos y externos, sería el fin de una zona ecológica y de gran verdor, es injusto que se privilegie la minería a nuestra ancestral agricultura de la que vivimos todas las familias de la zona”, denunció la autoridad edil.
Por su parte, Yuván Chigne Cabanillas, miembro del Comité de Lucha en la Defensa del Valle Chancay – Lambayeque y de la Federación de Rondas Campesinas Pulán - Santa Cruz, refiere que dada las condiciones mostradas producto de los efectos de la contaminación se hace indispensable frenar la realización de todo tipo de proyectos mineros en cabeceras de Cuenca por estar prohibida en nuestra normatividad. “Precisamente la Ley 28611, Ley General del Ambiente, precisa que los pantanos, los humedales, los bofedales y las lagunas alto andinas son considerados ecosistemas altamente frágiles, por lo que proyectos mineros que practican la explotación a tajo abierto en cabecera de cuenca utilizando veneno, como (cianuro y mercurio) deben ser declarados inviables”, sostiene.
Así, el proyecto minero La Zanja, Montañas Altas de Puchuden, Tantahuatay, Conga y otros, se encuentran en cabeceras de Cuenca; de allí la problemática socio- ambiental y socio-económico en el territorio cajamarquino que termina repercutiendo en Lambayeque. “Si hablamos del proyecto minero La Zanja, se ubica en las cabeceras de Cuenca de la provincia de Santa Cruz y San Miguel y es una amenaza para la actividad agropecuaria y el consumo de agua de la población. Lo que no pasa por un proyecto minero son agotables en el tiempo y ponen en riesgo la vida. Por consiguiente imponer este proyecto sería dinamitar parte de la gran economía del norte peruano. No es nada nuevo para la población pulana, cruceña y otras que el proyecto La Zanja se está imponiendo y ¿cuáles son las consecuencias?, ya tenemos un río muerto: el San Pedro, sin que las autoridades hayan hecho algo por impedirlo”, puntualiza.
Testimonios desgarradores
Agricultores como Roberto Barboza Sánchez han brindado testimonios por demás impactantes. No solo narran cómo la calidad de las aguas de los ríos como el San Pedro – que tiene su origen en las partes altas del distrito de Pulan (Santa Cruz) - que discurren por el lugar se ha venido a menos, variando su olor y color, sino también cómo hasta su ganado – por solo beber estas aguas – ha quedado expuesto a los efectos de la contaminación. Las fotografías y videos mostrados y proporcionados durante la visita de la comitiva oficial son contundentes, al extremo que en cualquier momento perderán la vida, al igual como ocurrió con variedad de peces y truchas que ellos criaban. Lo más sorprendente de todo esto, que luego de haber denunciado esta situación ante el Ministerio Público en Cajamarca, se haya recibido como respuesta: que en el caso del ganado vacuno, su deterioro es producto de la insolación; argumento que a los pobladores les permite inferir que esto sería una muestra de cómo se estarían defendiendo los intereses económicos de la empresa minera Buenaventura, operadora de La Zanja.
Los pobladores de Pulán se interrogan ¿cómo es que se asegura que las empresas mineras en la actualidad trabajan con la tecnología a la mano y contribuyen con el canon para los proyectos de investigación y desarrollo de sus zonas de influencia, y que es aquí donde menor riesgo que se produzcan los pasivos ambientales?; sin embargo, contradictoriamente, las imágenes son contundentes y la alarma para nuestras autoridades está dada, siendo hora que tomen en cuenta a seguir los pasos a esta empresa minera, cuyo radio de acción dejó de ser solo Cajamarca, pues los efectos de sus vertimientos a los ríos de esta región estarían afectando próximamente a los lambayecanos.
Cruzada regional
Espantado por lo visto en estos lugares, Erwin Salazar Vásquez considera necesario que para salvaguardar la vida humana, de flora y fauna, se requiere un permanente monitoreo de los relaves que discurren por estos ríos, con la participación de personas especialistas en gestión ambiental; considerando inclusive que se podría solicitar la colaboración de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo o alguna universidad de la región para la realización de un Proyecto de Medición de Impacto Ambiental producto de la explotación minera.
“Sería pedirle peras al olmo que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) sea la que realice estudios en estos lugares, pues son ellos mismos los que han autorizado a través de las Resoluciones 089 y 090 el vertimiento de aguas residuales y ácidas a favor de La Zanja, más aún cuando presumo que estén coludidos con los empresarios mineros”, sostiene el dirigente de la CGTP en Lambayeque. A modo de iniciar una cruzada en la región, Salazar sostiene que la primera institución que debería tomar cartas en el asunto debe ser EPSEL, pues las aguas que son almacenadas en la Laguna Boró, son las que vienen directamente del río Chancay, que precisamente estarían ya contaminadas.
“Esta empresa deberá iniciar estudios para detectar la presencia de metales pesados y desvirtuar si existe o no contaminación en el agua que suministra a los usuarios”, acotó, precisando que incluso la misma autoridad regional Humberto Acuña debe hacer pública su posición si está a favor o en contra de la actividad minera La Zanja gracias a la licencia otorgada por ANA.
● La ambientalista y abogada Elena Ticona, a nombre del Frente de Defensa de Pulán, presentó ante la Autoridad Nacional del Agua un recurso de impugnación a las dos autorizaciones otorgadas a minera La Zanja.
● Pobladores de Pulán alegan que resoluciones de ANA a favor de La Zanja fueron otorgadas de manera inconsulta.
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● La Cuenca del Zaña también sería otro punto de contaminación. Regantes de Mocupe se oponen también a actividades de minera Cushuro, a que explore y explote yacimiento minero en el distrito de Calquis, provincia de San Miguel – Cajamarca.
● El 2 de junio del 2000, Juana Martínez Sáenz terminó afectada por el derrame de mercurio que se produjo en Choropampa, y a la fecha continúa sufriendo sus efectos. Los pedidos de atención médica y justa compensación a empresa Yanacocha aún no han sido atendidos.
Semanario Expresión
16 noviembre 2012
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