04 mayo 2012

EN MÓRROPE APROVECHAN ESTIÉRCOL PARA LA PRODUCCIÓN DE COMBUSTIBLE Y FERTILIZANTE

Familias del centro poblado El Romero, en el distrito lambayecano de Mórrope, serán beneficiadas con cocinas que usarán energía no convencial obtenida de la planta de procesamiento de estiércol, como parte de un proyecto que busca reducir la tala ilegal de bosques secos, informó hoy una fuente local.


Segundo Guzmán Ballena, gerente del Instituto de Desarrollo del Sector Informal (Idesi) de Lambayeque, que ejecuta la iniciativa, dijo que también se busca reducir los males respiratorios por el uso de la leña como combustible. A través del proyecto “Recursos locales para generar bionegocios y energía no convencional en la comunidad campesina San Pedro de Mórrope” se promueve la producción de combustible orgánico o biogás para que las familias rurales disminuyan la tala indiscriminada de bosques secos.

Unos 60 integrantes de la asociación agrícola El Campesino, de Mórrope, recolectan estiércol fresco y residuos orgánicos para la producción del biogás, compost y humus, y abonos orgánicos, que son comercializados a empresas agroindustriales y agricultores locales. La planta para la obtención de biogás y abonos orgánicos ocupa una hectárea y mensualmente procesa unas 60 toneladas de estiércol, apuntó en declaraciones a la Agencia Andina.

Guzmán indicó que las familias rurales han aprendido que algo que ellos botan puede generarles ingresos económicos, además de contribuir a la protección del medio ambiente. “Al limpiar sus corrales desechan los residuos orgánicos en los caminos para luego quemarlos generando una gran contaminación ambiental”, comentó. Se espera que a partir de junio se adjudiquen 30 cocinas con sus respectivos biodigestores para que familias utilicen en sus viviendas energía amigable con el medio ambiente, refirió. El especialista resaltó, además, el buen rendimiento obtenido luego del uso de abonos orgánicos. “Los productores obtenían 120 quintales por hectárea de maíz y actualmente, con el uso de los abonos orgánicos, alcanzan unos 200 quintales/hectárea”, subrayó.

El proyecto también ha permitido cambiar algunos hábitos de los agricultores, quienes antes usaban cinco bolsas de urea por una hectárea de maíz, y hoy solo emplean dos y diez bolsas de humus. Guzmán recordó que el proyecto económico-social es financiado por el Fondo de las Américas con un aporte de 100,000 dólares. Se inició en enero pasado y durará dos años. Al término de ese período, los beneficiarios conducirán la planta para lo cual se les otorgará un fondo de 10,000 dólares para dar sostenibilidad a la iniciativa en esta zona rural de Lambayeque.
Andina

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