20 marzo 2012

PLANETA AZUL SOS

A propósito del Día Mundial del Agua este 22 de marzo, se torna necesario recordar y reflexionar sobre la escasez hídrica que afronta el planeta, así como la importancia de protegerlo y preservarlo sustentablemente, tomando acciones inmediatas que favorezcan la sana existencia de nuestro oro azul. Tratar el tema del agua en estos días, es realmente vital y trascendental, ya que es considerado el componente más importante para la supervivencia de los seres vivos, la esencia de la vida, pues estamos hechos de agua, aproximadamente entre el 55 y 75% de nuestro peso corporal está conformado por agua y no hay forma de remplazarlo, ni ciencia que se atreva a ignorarlo.

Este valioso recurso que la naturaleza sabiamente nos brinda, es descuidado, derrochado, contaminado y destruido por la insensatez del ser humano. Seguramente las generaciones venideras nos reprocharán no haber preservado debidamente sus propiedades, sus colores, sus formas, sus sabores, sus fuentes, que se van perdiendo inexorablemente por la acción suicida del hombre. Estamos viviendo una de las mayores amenazas en la historia de la humanidad: la crisis del agua, si no tomamos conciencia de ello, irremediablemente estará transitando de recurso renovable, a ser recurso no renovable, con nefastas consecuencias para la vida.

Cada vez se hace más complejo y restringido el acceso y disponibilidad del agua, como resultante del cambio climático y su consecuente disminución de las fuentes hídricas, el crecimiento de la población, la contaminación, la ineficiente gestión entre otros factores. Por ello en las regiones con potencial hídrico, el agua adquiere un apreciado valor económico y geopolítico, así como estratégico, que ciertos países y empresas transnacionales, cual aves de rapiña buscan poseerlo, controlarlo y privatizarlo con fines de lucro y poderosos dividendos geopolíticos.

Se pronostica que las guerras del siglo XXI serán en lucha por el agua. Datos hídricos del mundo y la región A pesar de que el agua cubre tres cuartas partes del planeta, por ello se le llama planeta azul, únicamente el 3% del total es agua dulce y el 97% es agua salada. De ese 3% solamente el 1% está disponible en ríos, lagos, fuentes y es accesible para el consumo de los seres vivos y actividades productivas, y el 2% restante se encuentra en los casquetes polares y en los glaciares. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen aproximadamente 1.500 millones de personas en el mundo, que carecen de abastecimiento de agua potable y 2.400 millones de personas que no tienen acceso a sistemas de saneamiento adecuado.

De igual manera, más de 5 millones de personas fallecen anualmente a causa de enfermedades transmitidas por medio del agua. Debido al sobre consumo del recurso hídrico, muchos países se encuentran afectados por el estrés hídrico, con impactos dramáticos sobre el medio ambiente, los cuales vienen consumiendo vertiginosamente sus aguas subterráneas, por lo que los niveles del manto freático disminuyen aceleradamente. Es así que algunas zonas de EE.UU., China, India, países del África, vienen afrontando dichos avatares.

La región de América del Sur, es rica en recursos hídricos, con el 12% del área terrestre total y el 6% de la población mundial, dispone de 26% de agua dulce a nivel mundial, la mayor parte concentrada en la cuenca amazónica. Mientras que Asia con el 60% de la población mundial dispone solamente del 36% de agua dulce, lo cual subraya las disparidades de los recursos hídricos del mundo (UNESCO, 2003). Sin embargo, la oferta hídrica regional presenta una acentuada variabilidad entre sub-regiones y en términos estacionales, ya que dos terceras partes del territorio regional se clasifican como áridas o semiáridas (México, Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Perú entre otros). Afrontando problemas de disponibilidad y demanda de agua, por patrones de extracción insostenibles y sin límites. Se estima que el 25% de la población de América latina no tiene acceso al agua potable y más del 31% carece de servicios de saneamiento (PNUMA 2000).

Datos hídricos del Perú
El Perú cuenta con importantes recursos hídricos, posee el 70% de los glaciares tropicales del mundo, más de 12 mil lagunas en la sierra, más de mil ríos, más de 100 cuencas hidrográficas, así como 28 de los 35 climas identificados en el planeta (MINAM, Perú). Sin embargo, su aprovechamiento desmesurado y derrochador en diversas actividades (energía, minería, agricultura, industria, agua potable etc.), son los que generan presión sobre la disponibilidad y consumo de estos recursos. Con fuentes hídricas contaminadas, con aguas subterráneas sobreexplotadas, el panorama se torna sombrío para los peruanos.

Asimismo, no es ajeno a los efectos del calentamiento global, nuestros glaciares están desapareciendo de manera acelerada e irreversible, habiéndose reducido en los últimos 30 años el 26% de la superficie glaciar, desapareciendo 145 glaciares solamente en la cordillera blanca. De nuestro famoso nevado Pastoruri sólo nos queda bellas imágenes fotográficas para el recuerdo. No olvidemos que el Perú es uno de los 20 países más afectados por el cambio climático. Por otro lado, a pesar que el Perú es el país con mayor disponibilidad de agua dulce por habitante en Latinoamérica, la provisión de agua se ve afectada por la desigual y compleja distribución geográfica y poblacional, es así que la disponibilidad hídrica en la vertiente Atlántico (selva), es de 97,7% de agua y solamente el 1,8% sale por la costa hacia la vertiente Pacífico, donde vive el 60% de la población total del país; y el 0,5% corresponde al lago Titicaca (ANA, Perú).

Según estimados de la Organización Panamericana de Salud (OPS), aproximadamente 7 millones de peruanos no cuentan con agua potable, y sólo en Lima existe más de 1 millón y medio de personas sin agua en sus hogares. La Autoridad Nacional del Agua (ANA), nos advierte que el año 2025, se dará una aguda escasez de agua en la vertiente del Pacífico (costa), disminuyendo considerablemente su cantidad y calidad. Urge una política coherente, integral y consensuada de manejo sostenible de nuestras fuentes de agua, así como una gestión adecuada del agua que sea eficiente, sostenible, social y responsable, que conlleve a su preservación y aprovechamiento racional y ético.

“Cuando bebas agua, recuerda la fuente” (proverbio chino).
Por Payo Pauch 
Servindi

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