15 agosto 2016

LOS POBRECITOS DEL CAMPO

Sin dudas que son las personas más necesitadas y que más carencias en servicios básicos tienen.
Pero, después de leer este artículo vas a poder analizar el tema desde otro punto de vista.
Al finalizar verás quiénes son los pobrecitos, los de la la ciudad o los del campo.

Viajando y viendo la realidad

Gracias al destino he tenido la oportunidad de conocer algunas ciudades latinoamericanas, y si lo que en ellas he visto se puede extrapolar al mundo, el mito de que hoy en día vamos más rápido es mentira.
Cualquier persona que viva en una ciudad de mediana para arriba, sabrá de que estoy hablando.
Para movilizarse de un punto a otro con los infinitos trancones no es para nada ir más rápido.
Estamos literalmente perdiendo nuestra vida en el tráfico, tanto por el tiempo de calidad que estamos desperdiciando como por la altísima polución que se causa a raíz de estos atascos.

La calidad de vida

Siempre se habla de la calidad de vida, por lo menos como la hacen ver en las ciudades, se dice que es mejor.
Que los ciudadanos tienen la posibilidad de encontrar una gran cantidad de actividades para su desarrollo personal y bienestar, incluso para su entretenimiento.
Pero la pregunta es ¿cuantos ciudadanos pueden acceder a las bondades de los “citadinos”?
La preocupación se ha planteado en que existan todos estos beneficios y no en cómo se puede acceder a ellos.
Las personas están muy cansadas después de horas en el tráfico y el trabajo como para pasar tiempo con su familia, amigos o la cultura.
¿Entonces es verdad que tienen mayor calidad de vida?
Cuando pensamos en personas que habitan lugares alejados de cualquier geografía, inmediatamente pensamos en las difíciles condiciones de vida .
Ellos son personas sacrificadas, si, seguro y les ponemos calificativos como “ los pobrecitos ”.

¿Quiénes son los pobrecitos?

Ellos no tienen cerca un centro comercial donde abastecerse, un hospital para cuidar de su salud o incluso algún teatro que les alimente el espíritu.
Pero no nos detenemos a pensar que nosotros, los “citadinos” a pesar de estar muy cerca de todos estos lugares, poco o nada los utilizamos.
Es más, no nos detenemos a pensar que los pobrecitos probablemente ni siquiera necesiten de este tipo de sitios tan “especializados”.
Y esto debido a que su modo de abastecerse de alimentos ha sido el mismo desde hace decenas y me atrevería a decir de cientos de años, así que este es un problema que tienen resuelto hace mucho.

La salud … bien gracias

Para la salud, a menos que sea una enfermedad rara o grave, no necesitan más que su sabiduría ancestral y curaran todo mucho más rápido y lo mejor sin filas de espera.
Los pormenores de la salud sin contar que muy poco se enferman pues no están expuestos a las terribles condiciones de calidad de aire de la ciudad o las altas cargas de estrés.
Nota: Más de 7 millones de personas mueren al año debido a problemas de salud debido a la calidad del aire que respiran.
En cuanto a la cultura, estoy plenamente seguro de que tienen mucha más que nosotros.
Para comenzar su cultura es propia, no copiada ni tampoco pretenciosa.
En cada uno de esos lugares alejados donde viven aquellos pobrecitos tienen costumbres que han pasado de generación en generación.
Existen mitos y leyendas que han forjado una verdadera tradición mucho más fuerte y duradera que nuestras modas pasajeras…
Entonces ¿quiénes son los pobrecitos del campo ?
Vivir bajo tensión permanente en las ciudades afecta.
Los pobrecitos del campo viven con mayor tranquilidad.
Con esto sólo intento decir que a lo mejor si queremos elevar nuestra calidad de vida no sea necesario comprar el siguiente auto o conseguir un ascenso.
Probablemente la calidad de vida más elevada esté en volver a nuestras raíces latinoamericanas.
Desarrollo no es concreto y miles de miles de autos.
En regresar a nuestra convivencia con la tierra; no pretendo que todos nos vayamos a vivir al campo, solo que replanteemos nuestra mirada y dignifiquemos a todos aquellos que viven en los lugares descritos.
Desde las islas flotantes de Uros donde viven pescadores del lago Titicaca en Bolivia hasta los pastores de cabras en el desierto de la Guajira en Colombia, todos ellos merecen elevar su calidad de vida…
…pero no hay que confundirnos pues elevar su calidad de vida no es sacarlos de su entorno sino mejorarlo.
Pero como de algo nos tenemos que morir, si me preguntaran si prefiero hacerlo en la ciudad con todo cerca pero sin tiempo para visitarlo, donde la vida se nos va en trancones, la verdad preferiría hacerlo en unas condiciones de comodidad un poco inferiores pero con una calidad de vida verdadera, no aparente.

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