17 diciembre 2012

LA MITAD DE LA AMAZONÍA DESAPARECERÍA SI NO SE FRENAN PRESIONES Y AMENAZAS

Organizaciones que integran la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) lanzaron el martes el Atlas “Amazonía bajo presión”. En este se advierte que si las amenazas identificadas para proyectos viales (carreteras o multimodales), de petróleo y gas, minería o hidroeléctricas se convierten en presiones en el futuro próximo podría desaparecer hasta la mitad del bosque amazónico actual. “Si todos los intereses económicos que se superponen en los próximos años se concretizasen, la Amazonía se convertirá en una sabana con islas de bosque”, dice el coordinador general de RAISG, Beto Ricardo, del Instituto Socioambiental (Brasil).
Se evidencia un arco de deforestación que se extiende desde Brasil hasta Bolivia, una zona de presión hídrica y explotación petrolera en la Amazonía andina y un anillo minero periférico. Las presiones y amenazas que pesan sobre la Amazonía llevan a que los paisajes de selva, diversidad socioambiental y agua dulce sean reemplazados por paisajes degradados, sabanizados, zonas más secas y más homogéneas. Entre 2000 y 2010 se suprimieron cerca de 240.000 km2 de bosque amazónico.

La publicación tiene como objetivo principal superar visiones fragmentadas de la Amazonía y brindar un panorama amplio de presiones y amenazas para toda la región.

Seis presiones y amenazas
El Atlas trae información sobre un conjunto de seis presiones y amenazas sobre la Amazonía en la última década: carreteras, petróleo y gas, hidroeléctricas, minería, focos de calor y deforestación. Dichos análisis tienen sustento en 55 mapas, 61 tablas, 23 gráficos, 16 recuadros y 73 fotografías. Toda esta información y análisis está organizada en capítulos temáticos, con un total de 68 páginas.

En esta oportunidad no fue posible incluir el análisis sobre temas tan relevantes como la minería ilegal, extracción maderera y agropecuaria, debido a la falta de información calificada y representable cartográficamente para toda la Amazonía. Cuando estos factores se incluyan el vistazo general puede ser aún más adverso.

Esta publicación es una contribución de la sociedad civil al debate democrático sobre las presiones en la Amazonía y particularmente sobre la deforestación, tema que actualmente está en proceso de evaluación por parte de varios gobiernos nacionales, así como en el ámbito intergubernamental de la OTCA. La Amazonía que se presenta en esta publicación es un territorio de altísima diversidad socioambiental en proceso de cambio acelerado.

Cubre una extensión de 7,8 millones de km2, sobre 12 macrocuencas y 158 subcuencas, compartidos por 1.497 municipios, 68 departamentos/estados/provincias de ocho países: Bolivia (6,2%), Brasil (64,3%), Colombia (6,2%), Ecuador (1,5%), Guyana (2,8%), Perú (10,1%), Suriname (2,1%) y Venezuela (5,8%), además de Guyane Française (1,1%).

En la Amazonía viven cerca de 33 millones de personas, incluyendo 385 pueblos indígenas, además de algunos en situación de “aislamiento”. Son 610 áreas naturales protegidas y 2.344 territorios indígenas que ocupan el 45% de la superficie amazónica, sin contar los pequeños, medios y grandes propietarios rurales, empresas de varios tipos, instituciones de investigación y fomento, además de organizaciones religiosas y de la sociedad civil.

RAISG
El principal objetivo de RAISG, desde su fundación, es estimular y facilitar la cooperación entre instituciones que ya trabajan con sistemas de informaciones socioambientales georreferenciadas en los ocho países de Amazonía, además la Guiana Francesa.

La red tiene hoy 11 instituciones asociadas. Desde su inicio, la propuesta de RAISG fue construir un ambiente adecuado para desarrollar un proceso a largo plazo, acumulativo y descentralizado, que permitiese compilar, generar y publicar información y análisis sobre las dinámicas contemporáneas de la (Pan) Amazonía.

Este Atlas pretende consolidar una visión regional amplia e inclusiva donde la Amazonía vaya más allá de Brasil, y los países andinos y guayanenses también se consideren amazónicos. Es un esfuerzo histórico por analizar el tema de la deforestación en toda la Amazonía aplicando una metodología estandarizada.
El trabajo requirió la realización de varias reuniones presenciales en São Paulo, Lima, Belém, Bogotá y Quito, desde 2009 y tuvo el apoyo de instituciones como Rainforest Foundation Norway, Fundación Ford, Avina y Fundación Skoll.

Uno de los principales retos para las instituciones involucradas en RAISG va a ser calcular la deforestación acumulada antes de 2000, año adoptado como línea de base en la primera edición de Amazonía Bajo Presión.
Servindi

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