Perú tiene una de las cinco áreas de bosque tropical más grandes, diversas y mejor conservadas del mundo, con una superficie de más de 68 millones de hectáreas. También se estima que tiene uno de los cuatro mayores depósitos de carbono en bosques tropicales del mundo.
Estos bosques están en peligro. Esta es la situación en la Amazonía peruana:
Entonces, ¿cómo podemos reducir las emisiones derivadas de la deforestación, al mismo tiempo que proporcionamos los alimentos necesarios para una población creciente y preservamos los bosques y los servicios que proporcionan los ecosistemas, mientras creamos empleos y nuevas oportunidades económicas en la agricultura y la silvicultura sostenibles?.
La BUENA NOTICIA es que los gobiernos del Perú, Noruega, Alemania y el BID han ideado un mecanismo que podría ser PARTE DE LA SOLUCIÓN:
Perú está tomando medidas para reducir sus emisiones relacionadas con la deforestación y para hacer neutralizar las emisiones de sus bosques y del sector de la agricultura para el año 2021, reconociendo al mismo tiempo las reivindicaciones sobre millones de hectáreas de tierras por parte de los pueblos indígenas.
Noruega acaba de comprometer US$300 millones hasta el 2020 para el pago contra resultados demostrados en la reducción de la deforestación, mientras que Alemania apoya al Perú en cuestiones climáticas y forestales y considerará otras contribuciones basadas en los resultados obtenidos.
Perú trabajará para impedir la conversión de suelos forestales en tierras para uso agrícola y tomará medidas para reducir la deforestación causada por la tala, la extracción de recursos naturales y la minería.
El BID proveerá asistencia técnica y apoyará a Perú para que pueda alcanzar los compromisos vinculados a la obtención de recursos financieros.
El país establecerá una nueva legislación forestal y una ambiciosa coalición público-privada con empresas multinacionales comprometidas con ambiciosas políticas de reducción de la deforestación.
Perú desarrollará sistemas de medición e información para supervisar los resultados de todas estas actividades y medir los impactos ambientales y sociales fruto de la conservación de sus bosques.
Si bien este es un gran paso hacia un nuevo modelo de desarrollo que proteja el capital natural del Perú, al tiempo que favorece el desarrollo económico, aún queda mucho por hacer para tener un proceso inclusivo y justo que involucre a las comunidades nativas, para involucrar al sector privado y para mantener la voluntad política sobre la base de este gran hito para los bosques peruanos.
BID
Estos bosques están en peligro. Esta es la situación en la Amazonía peruana:
- En Perú, alrededor del 50% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (unos 71 millones de toneladas de CO2 cada año) son causadas por cambios en el uso del suelo, principalmente por la conversión de la selva amazónica en tierras cultivables a un ritmo de alrededor de 110.000 hectáreas por año.
- La deforestación de los bosques tropicales representa uno de los más significativos cambios de uso del suelo por causas humanas de la historia. Las emisiones procedentes de cambios en el uso del suelo constituyen más del 46% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la región de América Latina y el Caribe, una cifra muy por encima del promedio mundial de 18%. La región de América Latina y el Caribe perdió cuatro millones de hectáreas anuales entre 2005 y 2010, una cifra que presenta la peor tasa de deforestación del mundo.
- Estas tasas de deforestación tiene graves consecuencias en las condiciones climáticas globales y locales, afectando a la pérdida de biodiversidad y el aumento de inundaciones, sedimentación y degradación de los suelos.
- La deforestación también amenaza a los medios de vida y la integridad cultural de los pueblos dependientes de los bosques y al suministro de productos forestales, así como los servicios medioambientales que permiten sostener el aumento de la población peruana.
- Se estima que los impactos del cambio climático en el Perú podrían ocasionar pérdidas que podrían superar el 20% del PIB en 2050, debido al hecho de que los principales sectores económicos del país (la minería, la energía, la agricultura, la manufactura y el turismo) son altamente sensibles al cambio climático.
Entonces, ¿cómo podemos reducir las emisiones derivadas de la deforestación, al mismo tiempo que proporcionamos los alimentos necesarios para una población creciente y preservamos los bosques y los servicios que proporcionan los ecosistemas, mientras creamos empleos y nuevas oportunidades económicas en la agricultura y la silvicultura sostenibles?.
La BUENA NOTICIA es que los gobiernos del Perú, Noruega, Alemania y el BID han ideado un mecanismo que podría ser PARTE DE LA SOLUCIÓN:
Perú está tomando medidas para reducir sus emisiones relacionadas con la deforestación y para hacer neutralizar las emisiones de sus bosques y del sector de la agricultura para el año 2021, reconociendo al mismo tiempo las reivindicaciones sobre millones de hectáreas de tierras por parte de los pueblos indígenas.
Noruega acaba de comprometer US$300 millones hasta el 2020 para el pago contra resultados demostrados en la reducción de la deforestación, mientras que Alemania apoya al Perú en cuestiones climáticas y forestales y considerará otras contribuciones basadas en los resultados obtenidos.
Perú trabajará para impedir la conversión de suelos forestales en tierras para uso agrícola y tomará medidas para reducir la deforestación causada por la tala, la extracción de recursos naturales y la minería.
El BID proveerá asistencia técnica y apoyará a Perú para que pueda alcanzar los compromisos vinculados a la obtención de recursos financieros.
El país establecerá una nueva legislación forestal y una ambiciosa coalición público-privada con empresas multinacionales comprometidas con ambiciosas políticas de reducción de la deforestación.
Perú desarrollará sistemas de medición e información para supervisar los resultados de todas estas actividades y medir los impactos ambientales y sociales fruto de la conservación de sus bosques.
Si bien este es un gran paso hacia un nuevo modelo de desarrollo que proteja el capital natural del Perú, al tiempo que favorece el desarrollo económico, aún queda mucho por hacer para tener un proceso inclusivo y justo que involucre a las comunidades nativas, para involucrar al sector privado y para mantener la voluntad política sobre la base de este gran hito para los bosques peruanos.
BID
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