29 agosto 2014

NUESTRO DEFICIENTE MANEJO FORESTAL

Nuestro país ocupa el 9° puesto mundial en superficie de bosques (69 millones de hectáreas) y 2° en Sudamérica después de Brasil (478 millones), aun así, nuestra convicción y gestión forestal es muy escasa y de las peores en la región (en su último mensaje el presidente ni mencionó el tema forestal), desaprovechamos 10.5 millones de hectáreas aptas para reforestación (7.5 en sierra, 2.5 en selva y 0.5 en costa) y desde el 2000 nuestra balanza comercial forestal es negativa, y de continuar la falta de plantaciones, al 2020 la proyección es de menos (-)US$ 2,500 millones.
Durante las últimas 6 décadas fueron destruidos unos 10 millones de hectáreas de nuestros bosques (promedio 165,000 anuales) debido a graves deficiencias, entre ellas, antiguas concesiones sin supervisión y control (de 600 operan menos de 100), debilidad institucional, escasez de capital humano y financiero, desorden, informalidad, corrupción, agricultura migratoria, ganadería, y la criminal destrucción forestal por la minería ilegal y el narcotráfico, incrementándose exponencialmente la tala ilegal y el mercado negro de madera ilegal.
 
La tala ilegal en nuestro país representa la tercera actividad ilícita del lavado de activos (después del narcotráfico y minería ilegal). Según Carlos Hamann, ex jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), nuestro comercio ilegal de madera representa 90% de exportaciones madereras, y para el Banco Mundial, 80% de dichas exportaciones se producen ilegalmente con documentación falsa aparentando comercios legales.

Bajo este panorama hace 3 años (21 julio 2011) fue aprobada una nueva Ley Forestal y de Fauna Silvestre 29763 (para reemplazar la actual ley vigente 27308 del 7 julio 2000) pero hasta la fecha no tiene reglamento, el cual debería estar aprobado antes de la realización en Lima (1° al 12 diciembre 2014) de la cumbre climática de Naciones Unidas (COP-20), aunque para esto debe culminar el proceso de analizar y consensuar más de 2,500 sugerencias de las regiones a dicho proyecto, y someter a consulta previa los artículos que pudieran afectar los derechos colectivos de pueblos indígenas.

Además, tras repetidos anuncios, aún no entra en funcionamiento el tan publicitado Servicio Nacional Forestal (SERFOR) con sus impresionantes impactos y efectos que ojalá no queden en promesas, entre ellos, importantes incrementos de inversiones forestales, aumento sostenible de producción forestal, disminución de tala ilegal y reducción a cero de la tasa neta de deforestación.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 9 de agosto de 2014

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