La fase de producción agrícola del Proyecto de Irrigación Olmos Tinajones (PEOT), ubicado en el departamento de Lambayeque, comprende la irrigación de 43,500 hectáreas distribuidas de la siguiente manera: 38,000 ha., que fueron adquiridas por 16 grandes empresas luego de dos subastas públicas, y 5,500 ha. de propiedad de los pobladores del valle viejo de Olmos.
¿Cuántos pobladores o agricultores locales se beneficiarán con Olmos?
En las 5,500 ha. serán beneficiados 514 pobladores, de los cuales el 37.35% tendrán su primera incursión en la agriculturacon la llegada de las aguas del proyecto, luego de haberse dedicado en su mayoría al pastoreo de animales bóvidos y menores, labor que dejarán de realizar para apostar por la agricultura.
Para impulsar la competitividad de ese conjunto de pequeños y medianos agricultores, el PEOT está fomentando su asociatividad mediante charlas y pasantías en lugares donde este modelo ha tenido éxito, como el sector del banano orgánico de Sullana. Sin embargo, esta oportunidad se está llevando a cabo tan sólo con los representantes de los cinco bloques de riego, en los que ha sido dividido el valle Viejo de Olmos, para que estos a su vez presidan las futuras asociaciones y motiven a los demás agricultores a unirse.
¿Cuál es el beneficio concreto que ofrece el proyecto a los pequeños y medianos agricultores?
Uno de los principales compromisos de H2Olmos (Odebrecht) y el Gobierno Regional de Lambayeque (GRL) para con los beneficiarios del proyecto Olmos es la provisión de infraestructura y de agua para el riego de sus lotes. Sin embargo, la materialización de este compromiso distingue caras: una cosa son los 16 dueños de las 38 mil ha., y otra cosa muy distinta los 514 agricultores del valle Viejo.
Para los primeros, H2Olmos y el GRL se han comprometido a construir tanto la infraestructura hidráulica mayor cuya función es llevar el recurso hídrico hacia los bloques y sectores de riego, como la infraestructura hidráulica menor que se desprende de esta última y conduce el agua hasta cada lote.
Para los 514 beneficiarios del valle viejo la situación no es tan favorable: contarán solamente con la infraestructura hidráulica mayor y un hidrante del cual deberán extraer el agua, mermando así sus posibilidades de obtener el agua de riego en cada predio. Esta, sin duda, es una decisión desconcertante considerando que son los futuros pequeños y medianos agricultores olmanos quienes tendrían mayores dificultades económicas para la construcción de los canales faltantes.
Ante ello, la JURO ha tenido que idear formas para remediar esta situación de inequidad, contactándose con el Programa Subsectorial de Irrigaciones (PSI) para la elaboración del perfil de un proyecto de riego menor, que costaría aproximadamente S/. 204 millones[2]. Según la JURO, ya se ha presentado el perfil al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) pero todavía no se sabe si este financiaría el proyecto de construcción de infraestructura menor totalmente, o si se requerirá a los agricultores del valle viejo que pongan alguna contraparte económica.
En resumen, todo apunta a que en lugar de valorar su mayor número o niveles de pobreza, en comparación a los 16 dueños de las 38 mil hectáreas de Olmos, tanto el GRL como H2Olmos conciben a los beneficiarios locales del proyecto como una carga por la que no están dispuestos a arriesgarse, tanto así que, como señala LRA Nº 122, la responsabilidad de H2Olmos de cobrar a los agricultores locales la tarifa de agua dejará de ser exigible si estos no cumplen oportunamente con el pago en un plazo de 6 meses. En tal caso el problema se trasladará al GRL.
El Estado, entonces, ha firmado un contrato sumamente desventajoso que no es acorde a su compromiso de atender las necesidades de todos sus ciudadanos por igual si no que está negociado de tal manera que los principales beneficiarios sean el concesionario y los grandes inversionistas, restándole importancia a los aspectos del proyecto relacionados a los pequeños y medianos agricultores de Olmos.
Bibliografía
Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), (2010). “Proyecto Olmos: ¿Quién gana y quién pierde?” La revista agraria. Lima, número 122.
¿Cuántos pobladores o agricultores locales se beneficiarán con Olmos?
En las 5,500 ha. serán beneficiados 514 pobladores, de los cuales el 37.35% tendrán su primera incursión en la agriculturacon la llegada de las aguas del proyecto, luego de haberse dedicado en su mayoría al pastoreo de animales bóvidos y menores, labor que dejarán de realizar para apostar por la agricultura.
Para impulsar la competitividad de ese conjunto de pequeños y medianos agricultores, el PEOT está fomentando su asociatividad mediante charlas y pasantías en lugares donde este modelo ha tenido éxito, como el sector del banano orgánico de Sullana. Sin embargo, esta oportunidad se está llevando a cabo tan sólo con los representantes de los cinco bloques de riego, en los que ha sido dividido el valle Viejo de Olmos, para que estos a su vez presidan las futuras asociaciones y motiven a los demás agricultores a unirse.
¿Cuál es el beneficio concreto que ofrece el proyecto a los pequeños y medianos agricultores?
Uno de los principales compromisos de H2Olmos (Odebrecht) y el Gobierno Regional de Lambayeque (GRL) para con los beneficiarios del proyecto Olmos es la provisión de infraestructura y de agua para el riego de sus lotes. Sin embargo, la materialización de este compromiso distingue caras: una cosa son los 16 dueños de las 38 mil ha., y otra cosa muy distinta los 514 agricultores del valle Viejo.
Para los primeros, H2Olmos y el GRL se han comprometido a construir tanto la infraestructura hidráulica mayor cuya función es llevar el recurso hídrico hacia los bloques y sectores de riego, como la infraestructura hidráulica menor que se desprende de esta última y conduce el agua hasta cada lote.
Para los 514 beneficiarios del valle viejo la situación no es tan favorable: contarán solamente con la infraestructura hidráulica mayor y un hidrante del cual deberán extraer el agua, mermando así sus posibilidades de obtener el agua de riego en cada predio. Esta, sin duda, es una decisión desconcertante considerando que son los futuros pequeños y medianos agricultores olmanos quienes tendrían mayores dificultades económicas para la construcción de los canales faltantes.
Ante ello, la JURO ha tenido que idear formas para remediar esta situación de inequidad, contactándose con el Programa Subsectorial de Irrigaciones (PSI) para la elaboración del perfil de un proyecto de riego menor, que costaría aproximadamente S/. 204 millones[2]. Según la JURO, ya se ha presentado el perfil al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) pero todavía no se sabe si este financiaría el proyecto de construcción de infraestructura menor totalmente, o si se requerirá a los agricultores del valle viejo que pongan alguna contraparte económica.
En resumen, todo apunta a que en lugar de valorar su mayor número o niveles de pobreza, en comparación a los 16 dueños de las 38 mil hectáreas de Olmos, tanto el GRL como H2Olmos conciben a los beneficiarios locales del proyecto como una carga por la que no están dispuestos a arriesgarse, tanto así que, como señala LRA Nº 122, la responsabilidad de H2Olmos de cobrar a los agricultores locales la tarifa de agua dejará de ser exigible si estos no cumplen oportunamente con el pago en un plazo de 6 meses. En tal caso el problema se trasladará al GRL.
El Estado, entonces, ha firmado un contrato sumamente desventajoso que no es acorde a su compromiso de atender las necesidades de todos sus ciudadanos por igual si no que está negociado de tal manera que los principales beneficiarios sean el concesionario y los grandes inversionistas, restándole importancia a los aspectos del proyecto relacionados a los pequeños y medianos agricultores de Olmos.
Bibliografía
Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), (2010). “Proyecto Olmos: ¿Quién gana y quién pierde?” La revista agraria. Lima, número 122.
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