24 enero 2014

QUE PODEMOS APRENDER DE LA BASURA DE RIO DE JANEIRO?

De puertas para adentro, Brasil es uno de los pueblos más limpios del mundo. Incluso en las casas más humildes, las sartenes –brillantes como espejos– se exponen con orgullo. En los hogares de aquellos que tienen mayor poder adquisitivo, los trabajadores domésticos –un artículo en peligro o muy bien remunerado en los países de altos ingresos– mantienen todo brillante y fragante. El gusto brasileño por su limpieza y pulcritud ha sido incluso recogido por un artículo de The Economist.
En los espacios públicos, sin embargo, la historia es muy diferente. Según un artículo publicado en el diario brasileño “O Globo”, la municipalidad de Río de Janeiro acaba de recoger 40 toneladas de basura de la playa de Copacabana, uno de los más famosos destinos turísticos de Brasil.

Para aumentar la concientización entre la población sobre este problema medioambiental, la basura recogida de la playa se colocó formando una montaña en las calles del mítico barrio, una acción promovida en colaboración con RIO EU AMO EU CUIDO (Río, yo te amo yo te cuido) un movimiento que, entre otras iniciativas, anima a los ciudadanos a fotografiar la basura vertida en las calles de la ciudad y a publicar las fotos en Instagram con el hashtag #RIOSEMLIXO (#RioSinBasura en portugués). Aunque es difícil medir el alcance de este tipo de iniciativas, RIO EU AMO EU CUIDO concluyó que es común que la gente deje de tirar las colillas de los cigarros en lugares públicos después de conocer la iniciativa.

Otro intento por hacer frente a la falta de cultura cívica y de higiene es la campaña Lixo Zero (Basura Cero), creada en agosto del año pasado por el Ayuntamiento de la Ciudad Maravillosa. Desde su creación hasta ahora, se han impuesto un total de 29.321 multas con valores de entre 98 reales (unos 40 dólares), cantidad pagada por aquellos que no recogen los “residuos” de sus mascotas en la calle, y los 3.000 reales (1.244 dólares) para los casos de vertidos descontrolados de escombros en grandes cantidades, pasando por ciudadanos cazados tirando basura en la calle. De este total, 4.870 multas se han pagado y 14.384 se encuentran en espera de la apelación. Para cerrar el cerco a los sucios que recurren as multas, entre los cuales se encuentra un brasileño que alegó para no pagar la multa el hecho de que no conocía la ley por llevar muchos años viviendo en el extranjero, la corporación pública de limpieza de Rio, Comlurb, firmó un acuerdo para incluir a las personas que no pagaran las multas en el registro de deudores de Brasil.

Comlurb señala, sin embargo , que ha habido también casos de ciudadanos que no han recurrido la multa, como un ciudadano de Sao Paulo que movilizó a diversos sectores de la empresa para conseguir una nueva carta de pago que sustituyera a la suya, que había caducado, o un turista alemán que quería pagar la multa en el acto, ya que este es el procedimiento en Alemania .

La campaña “Basura Cero”, presente en 55 barrios de Río, ha resultado en una reducción del 58% de la basura vertida en las calles de las zonas donde hay supervisión. Comlurb ha observado que el programa no reduce la cantidad de generación de residuos, pero si la disposición irregular. Hasta el momento, los barrios donde se han puesto más multas son los del centro de la ciudad carioca: Centro, Copabacana, Leblon, Ipanema y Botafogo.

Los resultados son alentadores y parecen confirmar lo que otras ciudades como Nueva York y Chicago dicen haber obtenido con la aplicación de multas contra el vertido de residuos en la calle. Pero aún queda mucho por hacer. Un estudio realizado por la agencia gubernamental Zero Waste Scotland (Basura Cero Escocia) dice que los gobiernos deben crear campañas a largo plazo centradas en diferentes grupos y situaciones con el fin de cambiar los comportamientos, ya que hay muchos factores que crean la probabilidad de que una persona tire basura en la calle, desde psicológicos hasta de desconocimiento. En el caso de Brasil, tal vez el factor más importante es la tolerancia de gran parte de la sociedad frente a este tipo de comportamiento .

Es curioso que ricos y pobres, tan cuidadosos con nuestras casas, seamos tan poco civilizados cuando se trata de espacios públicos. Las latas de aluminio son lanzadas a la calle tanto desde los vehículos más populares como desde los vehículos importados. Colillas de cigarrillo, restos de comida, muebles que ya no queremos, zapatos viejos… todo es desechado en la calle, en nuestras hermosas playas y hasta en las copas de los árboles.

Si somos tan limpios en el interior de nuestras casas, ¿por qué no podemos repetir este mismo comportamiento en la calle? Hasta que eso suceda, que siga habiendo multas.

Este post fue publicado originalmente bajo el titulo “Por que somos tão limpinhos em casa e tão porquinhos fora dela?” en el blog Ideacao.
BID

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