América Latina y el Caribe es conocida por la increíble diversidad de su gente, flora, fauna y ecosistemas. A pesar de su reputación como tierra de contrastes y extremos, todos los países de la región tienen algo en común: el profundo impacto que el cambio climático puede provocar en sus poblaciones rurales y agricultura.
El sector de la agricultura contribuye de manera importante a la seguridad alimentaria y es el principal medio de subsistencia en las zonas rurales, representando alrededor del 6% del PIB total y 15% del empleo total en la región. Sin embargo, se espera que la creciente variabilidad en factores como la intensidad y frecuencia de las precipitaciones o la incidencia de sequias u tormentas afecte de manera negativa a las cosechas, que podrían verse reducidas hasta en un 30% para el 2020. Lo anterior, unido al aumento de población y transformación de hábitos alimenticios supondrá una presión añadida para el mercado alimentario regional y global.
Esta situación presentará importantes riesgos para las poblaciones más necesitadas: los impactos del cambio climático afectarán de manera desproporcionada a los más vulnerables, grupos más pobres o comunidades indígenas, así como personas que dependen de la agricultura para su subsistencia.
La buena noticia es que existen soluciones para este acuciante problema: la región puede responder a la vulnerabilidad provocada por los cambios en el clima con medidas adecuadas de adaptación, tales como la diversificación de sistemas de producción e implementación de políticas adecuadas. Sin embargo, la enorme heterogeneidad de la región hace más complicada la formulación de medidas de adaptación. Los riesgos del cambio climático a lo largo de América Latina y el Caribe todavía no son del todo conocidos, por lo que la adaptación debe comenzar por un estudio de las diferentes dimensiones de los impactos del clima. ¿Qué cultivos y correspondientes agro-ecosistemas pueden ser los más vulnerables y por qué? ¿Dónde y cuándo se darán los impactos? ¿Cuáles serán las consecuencias sociales y económicas de estos impactos?
Cada vez se realizan más análisis sobre los impactos del clima, si bien en la mayoría de los casos se realizan a pequeña escala, analizando el impacto en un país, cultivo o incluso una región. El programa de investigación en cambio climático, agricultura y seguridad alimentaria de CGIAR (CCAFS) y el BID están impulsando una iniciativa para promover el crecimiento sostenible en América Latina y el Caribe a través de la protección medioambiental, adaptación al cambio climático y promoción de la seguridad alimentaria, una iniciativa que nace con el compromiso de abordar la vulnerabilidad climática en una escala más amplia. El proyecto “Vulnerabilidad al cambio climático en el sector agrícola” contribuirá a un mejor entendimiento del efecto del cambio climático en la producción y productividad de cultivos clave para la región, desde Tijuana hasta Tierra del Fuego.
¿Cómo podemos alcanzar estas ambiciosas metas? CCAFS y el BID han creado un modelo de intervención que, durante los próximos dos años, utilizará proyecciones sobre clima, cultivos y economía para identificar los efectos del cambio climático en la productividad de los principales cultivos de la región, seleccionados tomando en consideración su contribución en términos de aporte calórico, valor económico y teniendo también en cuenta la factibilidad de aplicar esta técnicas de modelado para su análisis. Este análisis integral evaluará tanto los impactos económicos como sociales del cambio climático en relación a la seguridad alimentaria con el objetivo de identificar las regiones, cultivos y comunidades más afectados. El proyecto también estudiará el aumento de la temperatura de los suelos que se espera como resultado del cambio climático, un factor que podría tener efectos en las semillas y en la degradación del suelo, afectando a la germinación, desarrollo y productividad general de los cultivos.
Esperamos que los resultados de este estudio sirvan para guiar a los gestores de políticas públicas en la identificación, diseño e implementación de opciones para adaptar la agricultura de la región al cambio climático, minimizando los riesgos para agricultores y consumidores. Como este proyecto demostrará, la ciencia es capaz no sólo de predecir si el cambio climático tendrá un impacto, sino que puede además predecir cuándo, dónde y cómo afectará al desarrollo de la agricultura y la seguridad alimentaria a escala local y global.
El impacto de este estudio no es únicamente en contribuir a lograr una agricultura más resiliente al cambio climático; si ayudamos a los agricultores, gobiernos y otras partes involucradas a prepararse frente a este fenómeno, conseguiremos reducir de manera significativa los riesgos asociados a la inseguridad alimentaria y el sufrimiento humano en América Latina y el Caribe.
Sobre la autora invitada: Melissa Reichwage
Melissa comenzó a trabajar para el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en julio de 2013 y trabaja en temas clave de desarrollo como el impacto del cambio climático global en la agricultura y la seguridad alimentaria. Melissa es responsable del desarrollo de relaciones con donantes y el establecimiento de alianzas internacionales. Antes de unirse a CIAT, Melissa colaboró en el desarrollo de programas internaciones de CARE en Atlanta (EE.UU). Melissa posee una maestría en Salud Pública de la Universidad Emory de Estados Unidos.
BID
Foto: Neil Palmer (CIAT) |
Esta situación presentará importantes riesgos para las poblaciones más necesitadas: los impactos del cambio climático afectarán de manera desproporcionada a los más vulnerables, grupos más pobres o comunidades indígenas, así como personas que dependen de la agricultura para su subsistencia.
La buena noticia es que existen soluciones para este acuciante problema: la región puede responder a la vulnerabilidad provocada por los cambios en el clima con medidas adecuadas de adaptación, tales como la diversificación de sistemas de producción e implementación de políticas adecuadas. Sin embargo, la enorme heterogeneidad de la región hace más complicada la formulación de medidas de adaptación. Los riesgos del cambio climático a lo largo de América Latina y el Caribe todavía no son del todo conocidos, por lo que la adaptación debe comenzar por un estudio de las diferentes dimensiones de los impactos del clima. ¿Qué cultivos y correspondientes agro-ecosistemas pueden ser los más vulnerables y por qué? ¿Dónde y cuándo se darán los impactos? ¿Cuáles serán las consecuencias sociales y económicas de estos impactos?
Cada vez se realizan más análisis sobre los impactos del clima, si bien en la mayoría de los casos se realizan a pequeña escala, analizando el impacto en un país, cultivo o incluso una región. El programa de investigación en cambio climático, agricultura y seguridad alimentaria de CGIAR (CCAFS) y el BID están impulsando una iniciativa para promover el crecimiento sostenible en América Latina y el Caribe a través de la protección medioambiental, adaptación al cambio climático y promoción de la seguridad alimentaria, una iniciativa que nace con el compromiso de abordar la vulnerabilidad climática en una escala más amplia. El proyecto “Vulnerabilidad al cambio climático en el sector agrícola” contribuirá a un mejor entendimiento del efecto del cambio climático en la producción y productividad de cultivos clave para la región, desde Tijuana hasta Tierra del Fuego.
¿Cómo podemos alcanzar estas ambiciosas metas? CCAFS y el BID han creado un modelo de intervención que, durante los próximos dos años, utilizará proyecciones sobre clima, cultivos y economía para identificar los efectos del cambio climático en la productividad de los principales cultivos de la región, seleccionados tomando en consideración su contribución en términos de aporte calórico, valor económico y teniendo también en cuenta la factibilidad de aplicar esta técnicas de modelado para su análisis. Este análisis integral evaluará tanto los impactos económicos como sociales del cambio climático en relación a la seguridad alimentaria con el objetivo de identificar las regiones, cultivos y comunidades más afectados. El proyecto también estudiará el aumento de la temperatura de los suelos que se espera como resultado del cambio climático, un factor que podría tener efectos en las semillas y en la degradación del suelo, afectando a la germinación, desarrollo y productividad general de los cultivos.
Esperamos que los resultados de este estudio sirvan para guiar a los gestores de políticas públicas en la identificación, diseño e implementación de opciones para adaptar la agricultura de la región al cambio climático, minimizando los riesgos para agricultores y consumidores. Como este proyecto demostrará, la ciencia es capaz no sólo de predecir si el cambio climático tendrá un impacto, sino que puede además predecir cuándo, dónde y cómo afectará al desarrollo de la agricultura y la seguridad alimentaria a escala local y global.
El impacto de este estudio no es únicamente en contribuir a lograr una agricultura más resiliente al cambio climático; si ayudamos a los agricultores, gobiernos y otras partes involucradas a prepararse frente a este fenómeno, conseguiremos reducir de manera significativa los riesgos asociados a la inseguridad alimentaria y el sufrimiento humano en América Latina y el Caribe.
Sobre la autora invitada: Melissa Reichwage
Melissa comenzó a trabajar para el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en julio de 2013 y trabaja en temas clave de desarrollo como el impacto del cambio climático global en la agricultura y la seguridad alimentaria. Melissa es responsable del desarrollo de relaciones con donantes y el establecimiento de alianzas internacionales. Antes de unirse a CIAT, Melissa colaboró en el desarrollo de programas internaciones de CARE en Atlanta (EE.UU). Melissa posee una maestría en Salud Pública de la Universidad Emory de Estados Unidos.
BID
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