América Latina y el Caribe es la segunda región del mundo donde más ha descendido el Índice de Planeta Vivo (LPI, siglas del nombre en inglés) del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF), según el último informe anual de esa organización. El LPI, que refleja los cambios en la salud del ecosistema y, por tanto, es un indicador del estado de la biodiversidad, disminuyó en ese área regional un 55% de 1970 a 2007, mientras que el LPI global descendió un 30% en el mismo periodo.
Solo el área "indo-pacífica", que incluye a China, India, Japón y Australia, entre otros países, supera a América Latina y el Caribe, con un descenso del 66% en el índice. Según WWF, el descenso del LPI latinoamericano y caribeño es resultado de "cambios generalizados en el uso de la tierra y de la industrialización de esa región desde 1970", pero también se debe a un "descenso catastrófico en el número de anfibios, causado en muchos casos por la propagación de enfermedades micóticas".
La organización destaca también que las selvas tropicales de América Latina y el Caribe pierden alrededor de un 0,5% de su superficie al año, y que el área total perdida desde el año 2000 hasta el 2005 es de 3 a 4 millones de hectáreas por año. Para elaborar el LPI global de 2010, tarea en la que han colaborado la Sociedad Zoológica de Londres y la Red de la Huella Global, WWF estudió 7.953 poblaciones de 2.544 especies de aves, mamíferos, anfibios, reptiles y peces, una muestra mayor que en anteriores informes.
Por grandes áreas geográficas, el LPI de las tropicales ha experimentado en esos 37 años un descenso del 60%, mientras que las áreas "templadas" (el resto del planeta) han registrado un aumento del 29%, lo cual no significa necesariamente, advierte WWF, que los ecosistemas de estas últimas estén en mejores condiciones que los de las primeras. El descenso del LPI se siente de manera similar en los animales terrestres y los marinos, pues en el primer caso la disminución fue de un 25% en 37 años y en el segundo de un 24%.
Sin embargo, también aquí es evidente las diferencias por áreas geográficas. En las zonas tropicales, el LPI de animales terrestres disminuyó un 50% y el de animales marinos un 60%, mientras en las zonas templadas hubo aumentos del 5 y el 50%, respectivamente.
El amplio estudio de WWF, de 117 páginas, vincula el LPI con otros dos indicadores referidos a las demandas humanas de recursos naturales, a los que denomina la Huella Ecológica y la Huella Hídrica, y también dedica un capítulo a las relaciones entre biodiversidad y desarrollo y bienestar humano, y biodiversidad e ingresos de cada país, así como otro a la "economía verde". "Estos indicadores demuestran claramente que el rumbo de bonanza y bienestar sin precedentes de los últimos 40 años está ejerciendo presiones insostenibles sobre nuestro planeta. La Huella Ecológica muestra que nuestra demanda del mundo natural desde los años 60 se ha duplicado", señala James P. Leape, director general de WWF Internacional.
El índice de la Huella Ecológica ha aumentado más del doble entre 1960 y 2007, con Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Dinamarca, Bélgica y Estados Unidos en los primeros puestos. En cuanto a la Huella Hídrica, la India el país que más consume, seguido de China, Estados Unidos, Brasil e Indonesia. Leape, en el prólogo del informe, señala que sus resultados indican que los países ricos deben aprender a vivir de una manera que suponga una carga "mucho más ligera" para la Tierra, y reducir notablemente su "huella", en particular en lo que se refiere a su dependencia de los combustibles fósiles.
Las economías emergentes deben por su parte hallar un nuevo modelo de crecimiento que les permita continuar mejorando el bienestar de los pueblos de una manera que la Tierra pueda realmente soportar. Para ilustrar la situación actual, WWF destaca en su informe una serie de hechos contradictorios en 2010: "El año en que se siguen descubriendo nuevas especies, pero hay más tigres en cautividad que en la naturaleza, el año en que el 34% de los directores ejecutivos de compañías de la región Asia-Pacífico y el 53% de los de América Latina mostraron preocupación acerca del impacto que la pérdida de biodiversidad tendrá en las perspectivas de crecimiento de sus negocios, en comparación con solo un 18 % de los directores de Europa occidental".
"El año en el que 1.800 millones de personas usan internet, pero 1.000 millones siguen sin tener un acceso en condiciones al suministro de agua potable", señala el informe
19 octubre 2010
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